Un extraño Instructor [Vincent]

"La luz"... ese algo incorpóreo que esta en casi todas partes, los mortales la adoran... no pueden consevir su existencia sin la presencia de la luz; sin embargo yo huyo de ella, me molesta, no quiero aceptarla, a pesar de que una vez viví bajo su caricia cuando en aquel tiempo yo...

Bha!!!. Es inútil pensar en eso ahora, debo esperar a ese soldado a que venga a retirar los resultados de los nuevos egresados, nuevos títeres de guerra a los que les he enseñado como morir, al fin y al cabo esa es la realidad que hay detrás de esta cortina llamada "escuela".

No me agrada interactuar con personas nuevas a pesar de que mi trabajo me lo impone, prefiero conocer poca gente, hablar con muy pocos y no saber nada de nadie mejor. La soledad siempre ha sido suficiente compañía para mi.

Mi asistente entra a mi oscura oficina. Algo viene a decirme pero no me interesa. Antes que ella dijera algo le doy una orden directa:

-Ve a traer a ese Soldado enviado d ela guardia de Rabanasta, esta demorado

Ella, siempre obediente a mis mandatos salio sin decirme nada.
Al poco rato escucho una voz detrás mio:

- Soldado Abagnali reportándose, señor. -

"¿Qué rayos es esto?" me pregunte al ver a la persona en cuestión.
Tan solo era una muchacha de cabello oscuro, cuerpo delgado, facciones delicadas y sin emitir ninguna clase de aura de autoridad, valor o fortaleza... "¿Esto se supone es un soldado?"
Si bien las apariencias engañan y yo mismo soy una prueba de ello me costaba reconocerle el rango militar a esa persona.

-Llega tarde, es consciente de eso soldado... Abagnali? Dije con semblante serio

Otra vez debo suponer que los flojos centinelas de la zona de entrenamiento han dejado escapar a otra bestia por la negligencia que ha caracterizado este instituto desde los últimos dos años; cada vez es mas comprensible el por que me han mandado a cuidar de éste lugar.

Pero esa chica... ¿esta loca?
Lanzarse así sin mas a detener a la bestia...

*Cruza sus brazos y lanza una mueca de sonrisa

-Creo la juzgue mal... tiene valor, determinación y un afán de proteger a los demás que no es común entre los soldados hoy en día. Anquee su rostro era algo melancólico. Je! me recuerda a Cloud-

Pero no era momento para quedarme pensando en mis viejos amigos, soy uno de los Sabios... debo actuar como tal.

*El hombre posa un pie sobre la ventana y con un solo impulso se lanza al vació con una agilidad sobre-humana.
En plena caída desenfunda una pistola de tres caños y elaborado diseño.

-Vamos Cerberus!!!

Bejimo esta justo allí debajo, esa joven lo a conducido al exterior pero ahora yace tendida en el suelo sin moverse mientras el monstruo se dirige a atacarla. Detono dos disparos sobre la cabeza de la bestia pero no le hacen daño. Gira su cabeza y mirada hacia el cielo, justo hacia mi trayectoria, abre sus fauces para dejarme ver sus podridos y grandes colmillos envueltos en baba. A pocos metros de caer sobre sus mortíferas fauces tuerzo mi cuerpo y desvió mi caída para caer de pie sobre el suelo.
Puedo ver el rostro de sorpresa de los asustados estudiantes, mi habilidad sobre-humana debe resultarles fascinantes y aterrador al mismo tiempo.
La chica, esa tal Abagnali no parece sorprendida como el resto, simplemente me observa sin expresión en su rostro... puedo sentir que su concentración en la batalla es intenso.

"Esta muchacha tiene algo diferente". Me digo a mi mismo mientras begimo se acerca hacia mi, abre su boca con la intensión de engullirme junto a un espeluznante rujido.
La verdad, ni siquiera tuve que voltear la vista para verlo; apunte mi arma hacia el centro de su boca y disparé; lo que alguna vez fue su cráneo quedo esparcido por el patio teñido de rojo.
Mi cuerpo estaba cubierto por los restos de los cesos y la sangre de la bestia apero no me importaba, mi vista no se aparto de la de la joven quien, también envuelta en sangre.

Murmullos, murmullos por doquier… palabras sin sentido que van de un alumno a otro; enjambre de masas ignorantes que pululan fantasías basadas en sus miedos. “El raro”… “El Juez”…”El Monstruo”…”El inmortal” todas palabras que me identifican entre los más jóvenes y ninguna es errónea vale la pena aceptar.

Los jóvenes estudiantes desconocen de la realidad que los rodea, los ecos de una insurgencia en los barrios bajos comienzan a esparcirse como las hojas de un árbol en otoño. Mientras camino por los pasillos de las aulas mi mente no puede dejar de pensar en estas cosas; en que los jóvenes soldados desconocen de la situación actual por la cual son entrenados, desconocen la verdadera Historia que hay detrás de la Gran Guerra pasada, desconocen la naturaleza misma de los Jueces o el oscuro y mórbido secreto detrás del Consejo de Sabios.

-Tsk!!!-

Cada vez que pienso en esas cosas que se, que hubiera deseado nunca conocer siento una frustración profunda en mi ser. Recordar mi origen, el origen de los demás Jueces en general genera un cierto agobio en mi pecho.
Pero… ya es inútil cambiar mi vida, el camino por el cual he transitado ya está cubierto de sangre y lágrimas. Tan solo debo seguir haciendo lo que he estado haciendo durante años… seguir el curso de la corriente.

En mi caminar me detengo en frente a la enfermería. Pude ver a la soldado Abagnali a través del cristal.
Estuve vacilante unos segundos, pero decidí entrar y hablar directamente, ella parecía un buen prospecto para la guerra, una herramienta útil para aplastar la nueva Rebelión. Todo dependerá de las palabras que elija ahora, si esta del lado del consejo o no.

Me pare de improvisto frente a ella y pregunte en voz alta, como la orden de un superior esperando una respuesta rápida:

-Soldado Abagnali!... dígame!, ¿Cual es su sueño?-

-Mn?- Lancé una mueca de gracia al oír eso

No podía engañarme, esas palabras estaban vacías... estaban perfectamente elaboradas como si repitiera la misma respuesta a todo aquel que le preguntase lo mismo.

-Si, claro!... por supuesto - Exclamé con tono de ironía- Soldado Abagnali esa es la clase de respuestas que oigo de casi el 99% de mis estudiantes y demás soldados en el Jardín. Esa respuesta es la que le han enseñado a usted a responder automáticamente desde que comenzó su entrenamiento... pero Dígame!... Si su sueño es proteger su hogar y servir por el Bien de Dalmasca... ¿Cree estar usted en el lugar correcto para ello? ¿Cree que formando parte de la Guardia Magistral o estando bajo las ordenes del Consejo es el camino correcto para alcanzar lo que deseas?-

Estoy convencido! Todo soldado, por más entregado que este a su deber esconde anhelos oscuros que no desean revelar. Necesito saber de esos sueños ocultos si siento que ponen en peligro el orden social que como Juez es mi menester proteger.