En la Melancolía (2-3)

-¡Por fin Llegue! - Dije al observar el hermoso paisaje, sabiendo que no había nadie a mi alrededor.

En la biblioteca de Balamb Garden, había encontrado un libro que relataba la historia de amor de una Invocadora y un Guardián, aquella historia había movido algo en mi ser y me dio la determinación de hacer este viaje para observar e imaginarme mejor la escena de ese beso.

Podía verme con la mujer mas fuerte de todas, con un carácter difícil de llevar, un poco intimidarte pero... No dejaba de ser una mujer, y como mujer había ciertas cosas que me gustarían vivir, aunque quizás solo sea un capricho del momento; realmente no es algo que necesite en mi vida si o si...  

El hecho de convertir a alguien esencial en tu vida, de darlo todo por una persona, de volverte vulnerable por culpa de otro... todo por un sentimiento denominado "AMOR", sentía temor y a su vez curiosidad de sentir algo similar... Una caricia, un beso, una palabra, un mínimo gesto... ¿Existirá alguien así en mi vida?

Este hermoso y resplandeciente lago, hacia divagar mi mente... la luz de la luna reflejándose en sus agua, me hacían sentir tranquila. Tome asiento en una de las rocas y me quede emboba observando el hermoso paisaje.

Las luces de Macalania eran una algarabía algo triste de observar. Flotaban las luciérnagas como ángeles aburrido de aquí a allá, posándose sobre las copas de los árboles para despegar en espirales hipnóticas que ascendían dejando una estela de fino polvillo. Para unos, un paraíso, para otros, una tumba de romance. "Aquí podrían morir unas cuantas parejas", pensó Rek'thal mientras se abría camino entre la espesura de las hojas, apartando el grueso follaje con su mano cansada. Sentía la humedad en el aire abigarrándose en su nariz, una suave espesura que anunciaba la cercanía de las aguas. El lago no estaba lejos.
Levantó la cabeza. El cielo estrellado completaba ese panorama de belleza melancólica que atraparía los corazones de las novias enamoradas y los poetas desesperados. Rek'thar solamente deseaba que la luna no se ocultara demasiado. Había escuchado rumores de espíritus amantes de la oscuridad y ánimas que no perdían la chance de robarse cuerpos y voluntades. Simples historias con las que animar un fuego de mala muerte, pero el mundo era complejo, inesperado y quién sabe qué clase de magia andaría dando vueltas por el sitio. Sus ojos avistaron un brillo. No era el de las luces, pero parecido. Cuando apartó la última hoja a la derecha, que se estrelló contra el tronco verdoso de una palmera y regresó a su sitio, se detuvo. Una superficie cristalina se extendía en metros a la redonda, un lago ni demasiado grande ni demasiado chico, con una blanca bruma, un poco transparente, que escapaba del agua por centímetros de diferencia. Había cierta belleza de quietud en el contemplar, una calma que aturdía el ser y paralizaba el cerebro. "Una tumba, realmente...", pensó. Algunas palabras nacían por la coincidencia y terminaban siendo perfectas. Giró el cuello. Allí, recortada la figura oscura por la luz de las estrellas, las centellas diminutas y la luna en las alturas, había una viera.

Cerré mis ojos por un momento para concentrarme en los cientos de sonidos que brindaba el lago, a lo lejos se escuchaba risas de los enamorados con la compañía de una respiración nerviosa... ¿Tantas cosas bobas causa aquel sentimiento?. Mas cerca se podia escuchar a alguien que hacia paso entre las hojas y de repente se paro...

- ¿Te perdiste? - Dije al aire sin mirar a la dirección de donde salia el ruido. - .. ¿O solo eres alguien mas que viene a observar el paisaje? - Le pregunte, aunque también podía existir la posibilidad de que esperara a alguien, pero de ser así... ¿Las parejas no vienen juntas?... Guarde silencio esperando que aquel ser vivo contestara.

La voz de la viera era un acorde delicado, la melodía de un violín que sabe fingir la gracia para ocultar la tormenta.
-No-contestó-, no me perdí, aunque estoy seguro de que a este bosque le encantaría.
Acomodó el Estam, que por alguna razón estaba inquieto. A veces las armas desarrollan cierta consciencia, cierto sentido de... ¿Peligros venideros? No había forma de saberlo. El mundo era cruel. El mundo era un imprevisto.
-Escuché que acá crecen unas frutas-la memoria se distraía fácilmente con ese espectáculo de luces angelicales. Recordó, con vaguedad, que alguien había dicho que eran espers muertos o caídos en desgracia-que sirven para hacer pociones especiales. No me vendría mal algo de aprovisionamiento extra-Y la curiosidad, quién diría por qué, le picó-. Y vos... ¿qué hacés en este lugar?
Se dejó llevar por la modorra y se sentó. Tal vez una charla de vez en cuando no lastimaba a nadie.

Al escuchar su repuesta. voltee para mirar, era un baanga.

-Escuché que acá crecen unas frutas que sirven para hacer pociones especiales. No me vendría mal algo de aprovisionamiento extra- Dijo el baanga, había tantas cosas que ofrecía este maravilloso bosque que no me extraño para nada su repuesta. - Y vos... ¿qué hacéis en este lugar? - Me pregunto mientras se sentaba...

- Me tuteas... ¿Cuanta confianza tenemos eh? - Dije con una sonrisa - Que hago en este lugar... Bueno ¿Has leído la historia de amor de la invocadora y su guardián? Quise ver con mis propios ojos el paisaje que observaron ellos dos, e imaginarme mejor la escena... ¿Es bobo, no? No suelo ser así pero su historia de algún modo toco algo dentro de mi... - Me baje de la roca y me acosté en la llanura para observar el cielo y el show de luces que deleitaba la vista, tenia ganas de compartir mis pensamiento y debatir, realmente mi cabeza era un caos por no entender muchas cosas... muchos sentimientos...

Así que la viera buscaba el amor. Rek'thal no sabía mucho de eso. Por lo menos, no del amor que escapara a una batalla o a un arma, y volvió a acariciar el Estam, saboreando la belleza del acero e imaginándole un gusto dulzón, como vino de fineza.
-Amor, ¿no?-palpó la palabra en los labios, mientras escapaba-. Sí, conozco la historia, son pocos los que no. El guardián y la invocadora que derrotaron a la bestia... ¿Sinh? Algo por el estilo. Conozco también el final. Triste, por cierto, pero-y esa fue una reflexión que no supo de dónde sacó-¿no tienen todas las historias de amor un toque de tristeza? Qué sé yo... El único amor que conocí fue el de las palizas en mi barrio. Amor duro, claro, pero con ese afecto aprendí a apreciar los triunfos y los errores.
Su cola se movió, barriendo la tierra a un costado. Una mosca se posó sobre la punta, jugando con las escamas.
-Supongo que lo que importa es saber si buscás el amor por deseo o curiosidad...

El baanga afirmo conocer aquella historia, me había olvidado del final trágico que esa historia había tenido, solo me quede con el beso....

-¿no tienen todas las historias de amor un toque de tristeza? Qué sé yo... - La verdad que no tenia ni idea, pero tenia algo de razon por mi oficio valla a saber cuantas historias de amor les di fin... - El único amor que conocí fue el de las palizas en mi barrio. Amor duro, claro, pero con ese afecto aprendí a apreciar los triunfos y los errores. - Al menos tenia conocimiento de como se sentia el amor yo sigo preguntándome si alguna vez sentí algo similar... -Supongo que lo que importa es saber si buscás el amor por deseo o curiosidad...

- No estoy muy segura, creo que solo es mera curiosidad... - Suspire - ¿Se puede vivir sin sentir el "amor"? - Es verdad que nunca antes me había puesto a reflexionar sobre eso.. y hasta ahora ¡Eh vivido muy bien! Supongo que es una etapa... - Ah... disculpa si te aburro con mis preguntas, tu solo que andas en búsqueda de frutas, por cierto me llamo Tira. - Abrí mis ojos y me voltie aun acostada, colocando mis brazos debajo de mi menton.

-Y yo Rek'thal-contestó, sin saber aún de dónde originaba esa inusual muestra de amabilidad-. Un nombre raro, creo, o por lo menos así me lo dicen cada vez que lo oyen. En el barrio en que nací, hay cosas mucho más raras-regresó sobre la pregunta que la viera había dejado en el aire. ¿Vivir sin amor? Qué extrañas las dudas que a veces les surgían a las personas. Aunque... Bueno, ella era mujer. No tenía mucha experiencia en el asunto pero suponía que la feminidad estaba relacionada de alguna manera. Y era una viera. Lo poco que conocía de ellas era la reclusión con que su raza suele vivir-. Supongo que "vivir", en el sentido estricto de la palabra, se puede. He visto muchas personas que hacen las más bizarras locuras por "amor" y viven tranquilamente. Quizás la mayoría está acostumbrada a una definición de amor que abarca su necesidad para lograr algo más que respirar, algo más que caminar con el corazón latiendo como debe.
Una libélula se posó en su hocico. Su cuerpo fulguró con la luz reflejada de la noche y las estrellas, un destello blanco y verdoso con algo de asco y atractivo a la vez, una rudimentaria belleza que carecía de todas las formas.
-Debe haber amor en más de una manera-continuó, mientras la libélula se olisqueaba las patitas-. Yo no tengo nadie a quien amar y, sin embargo, acá estoy.

-Supongo que "vivir", en el sentido estricto de la palabra, se puede. He visto muchas personas que hacen las más bizarras locuras por "amor" y viven tranquilamente. - Había razón en sus palabras, muchas historias relataban la valentía de heroes y herorinas que defendian a la persona que amaban, aunque eh vivido algo asi... siendo yo quien ocupada el papel del villano- Quizás la mayoría está acostumbrada a una definición de amor que abarca su necesidad para lograr algo más que respirar, algo más que caminar con el corazón latiendo como debe. Debe haber amor en más de una manera. Yo no tengo nadie a quien amar y, sin embargo, acá estoy.

- Supongo que somos dos, no tengo a quien amar...Aun así acabas de decir que sentiste "Amor del duro", al menos una especie de amor sentiste. La idea... no deja de parecerme boba... ¿Puede alguien volverse tan frágil por un sentimiento como ese? - Suspire - Que cosas se me vienen a la cabeza... En estos momentos me desconozco - Analizando con cuidado las palabras de Rek´thal era muy facil darse cuenta que era un inexperto como yo en el tema... Y yo con tantas preguntas que hacer...

-La fragilidad está en todo, creo-respondió-, no sólo en el amor, sino en cualquier sentimiento. Todo... puede volverse débil, escurridizo, todo puede partirse en dos cuando menos lo esperas-una de las leyes básicas de los monjes hablaba sobre la precariedad terrenal. Por eso predicaban el desapego a todas las formas materiales y a todas las ataduras que bloquean la serenidad y traen la angustia. Al parecer, para ser un buen monje había que ser pobre-. Aún así, creo que lo mejor será que lo busques. No sé mucho de las vieras y no sé qué entenderán ellas por amor (Ni siquiera yo lo entiendo bien) pero la mejor manera de conocer algo es experimentándolo, ¿no?
Rek'thal se levantó. Agitó la cola para sacudir el polvo que se había juntado en su trasero y acomodó el Estam a su espalda. Luego, levantó la mirada. Una nube surcaba los cielos, taponando el brillo de las estrellas con una forma un tanto extraña. Los fenómenos climatológicos de Macalania eran ciertamente bizarros-lo había oído en todos lados-y estaba a punto de presenciarlo. Entonces oyó un sonido y giró la cabeza. En las orillas del lago, un tomato remojaba sus manos.

Por algún extraño motivo su repuesta me convencía, a pensar de sonar inexperto intentaba contestar mis preguntas con la sabiduría que poseía. 

"Todo... puede volverse débil", esa frase retumbaba en mi cabeza. Ya empezaba a pensar con mas lógica, el amor no es solo un sentimiento que causa debilidad e irracionalismo en un ser, existían otros sentimientos, otras emociones que podían causarlo; era verdad... Todo puede volverse débil...

Aún así, creo que lo mejor será que lo busques. No sé mucho de las vieras y no sé qué entenderán ellas por amor  pero la mejor manera de conocer algo es experimentándolo, ¿no?  - Dijo el Baanga, me di vuelta y me sente en la llanura, abrazando mis piernas...

- Con que experimentándolo, no? - Comencé a reír - Acaso ¿Estas coqueteandome? - Dije mientras levantaba la mirada para observar el cielo como lo hacia el. La idea sonaba absurda recién nos conocíamos... Esperaba que no se lo tomase en serio y se riera.

La viera dijo algo pero él no lo escuchó. Aquél tomato le llamaba la atención de una forma que no terminaba de entender. ¿Por qué no podía dejar de mirarlo? ¿Acaso era porque le removía la memoria molestamente? ¿Y por qué lo hacía, en todo caso? Caminó despacio, la cola erguida y las patas apenas levantando un murmullo de tierra amontonada. La mayoría de los bangaa solía ser ruidosa por definición, encajando en un estereotipo aburrido y a veces insoportable, pero en los barrios bajos, allí donde el amor es aleccionador y duro, el silencio es una cualidad que los niños adquieren a menos que prefieran tirarse al costado de una zanja y morir. Robar pan, pescado, una camisa, el collar que viste y que a tu madre le gustó y que robaste porque, obviamente, si no podés permitirte un pedazo de carne con monedas menos vas a poder un colgante de perlas de Dalmasca... No hay nada que no te ayude a desarrollar la quietud furtiva de los ninjas o los verdaderos hombres invisibles.
Surcó las orillas del lago pasando entre montones de moscas y lagartijas que se asomaban para deleitarse a chapuzones. En tanto, avistó por el rabillo del ojo que la viera alzaba la cabeza y contemplaba la nube extraña que hacía su camino indiferente. La nube también le había parecido digna de interés (Todo en ese lugar indicaba serlo) pero el tomato ahora tenía prioridad. Su cabeza roja, sus hojas verdes asemejando una corona... Y una creciente sensación de alarma. ¿Podría ser? No, imposible, verdaderamente imposible. Los Nightshade no salían de la cueva de Sochen. No salían, sin duda alguna, pero... ¡Maldita sea! ¡No terminaba de creerlo! ¡En realidad parecía uno de ellos! Llevó su mano hasta el Estam, se relamió los labios... Y el tomato se giró. El tomato lo vio.

El baanga me ignoro por completo ¿Se habia tomado mal mi broma o en ningun momento me escucho?. Mire para donde se dirigian sus ojos, a orillas del lago se encontraba una escoria del mas bajo nivel remojando sus manos, me parecio raro ya que ese tipo de escoria se encontraban en las Praderas de Giza.

Sigiloso como un asesino el Baanga acechaba al Tomato, llevo su mano contra el Estem, estaba decidido a pelear... pero... ¿Por que? Se sentía todo tan tranquilo, tan calmado, y tenia que aparecer una escoria a arruinarlo. Sin pensarlo dos veces me pare, y rápidamente me puse al lado del Baanga.

- ¿Lo quieres matar, verdad?  - Puse mi mano es mi Katana - Bueno... puedo darte una mano si quieres, seria mi manera de agradecerte por escuchar mis delirios.

Estas eran una de las pocas misiones a las que me mandaban sin la compañía de mi quería hermana, debía de lucirme, tenia que salirme todo bien!. Me encontraba en uno de los arboles altos, observando lo ocurría en el hermoso lago de Macalania, podía verse parejas melosas, bichos molestos, entre un sin fin de naturaleza. Pero me encontraba ahí con el fin de acabar con un Tomato que había ido a parar al lago.

Me mantuve escondido por un plazo, hasta que a las orillas del lago por fin había aparecido mi victima y a unos cuantos pasos de este, se encontraban una viera con dos coletas y un Baanga con el pecho desnudo.

"Sera que quieren pelear con el Tomato?" Me preguntaba mientras preparaba mi vara"!

- PIRO++ - Grite mientras caía del árbol porque había perdido el equilibrio. Mi tiro, por la caída y la mala punteria, fallo. Quede sentada en el piso delante de la viera y el baanga. - Ay! Eso me dolió! - Dije mientras me sobaba mi parte trasera y me levantaba ahora, quedando frente a frente con los dos seres que a los que observaba desde arriba - Hola! - Salude con mi mano izquierda y mostré una enorme sonrisa - No les molestaría un poco de ayuda, verdad?

Del cielo cayo una maga negra, un poco torpe deduci. Uso una magia elemental la cual se desvió por su caída. Termino en frente de nosotros.

-Hola! - Saludo con una sonrisa, luego de haberse golpeado contra el piso "Es una chica bastante imperativa" - No les molestaría un poco de ayuda, verdad?

La observe con atencion, a pesar de su tono de voz relajante y entre lineas se podia escuchar un "Todo va a salir bien" juzgue por la magia que habia lanzado "Piro++" que sus habilidades no podían ser tan malas, ademas que un mago nos vendría bastante bien para acabar con la escoria ante nuestros ojos. Ella tenia unos enormes ojos verdes, una cabellera rubia y un cuerpo muy bien formado.

"¿Que estaría haciendo por estos lados esta chica tan torpe?" Me limite a contestar su pregunta.

- Huh... Hola, supongo que... podrías ayudarnos - Le dije mientras la miraba sin emitir alguna mueca o risa por la escena que la maga habia hecho.