El caso del asesino rojo [Amalia]

Había juntado unos guiles para una misión que quería hacer desde hace mucho. En este lugar se habían reportado múltiples asesinatos por alguien que, según decían, era un asesino profesional. Sus motivos no eran claros... de hecho, mataba lo primero que se le cruzase en su camino. Mi motivo para atraparlo también era claro... encontrar al enfermo que ataco nuestra base aquel día, y pensé que si lo atrapaba lo forzaría a hablar. Fui hacía la agencia de misiones y pedí esa misión, me dijeron que también habían contratado a un guardia de Rabanasta y que me uniría a el en la minios... Justo ahí pensé cuatro palabras: "Que dolor de muelas"... No tengo problemas con los guardias de Rabanasta, admito que en mi tiempo quería ser uno de ellos pero es que "Son tan inútiles"... Pienso que si les hubiese pasado por la cabeza visitar el área del campamento creo que se hubiese evitado una tragedia. Fui hasta las residencias de las familias de las victimas y la mayoría contestaba lo mismo: 
-Vi solo una luz roja mientras degollaba a mi esposa
-¡Solo vi una luz roja! ¡Ese enfermo mato a mis hijos!
-Mi hijita... murió por esa luz roja
Todo apuntaba a lo mismo, una luz roja, y no sabían que era y que quería, solo que asesinaba a placer. Inclusive en plena luz del día si se te ocurría perseguirlo te mataba sin dificultades. Sin duda era es el psicópata que buscaba... pero aun así...
Espere cerca del puerto, donde decían que llegaría el refuerzo de Rabanasta. No sabía quien era o cuan poderoso podría llegar a ser, pero no tenía ninguna intención de cooperar con el, solo se que si llegaba ahí no le obedecería, y si llegásemos a capturar al asesino lo interrogaría para después matarlo, me daba igual mancharme las manos.

Empezaba a impacientarme... Tenía que encontrar a ese tipo rápido antes de que se me escapara. El solo hecho de esperar a un guardia ya me irritaba hasta que escuche algo a mis espaldas. Al voltearme, mi ira se convirtió en otra cosa...
-Espera... tu eres... - Le dije mientras veía esa cara que conocí hace un tiempo atrás, una cara con la que pase un momento agradable. Su cabello negro lo delato todo. -No creí... que nos volviésemos a ver - Le dije rascándome la cabeza y quitándome la gorra y mis gafas. Lo peor de todo es que como me cae bien entro desde ya un coraje... "Y ahora que hago" Me repetía en mi cabeza, puesto que ella me conocía, sabía mi historia... "¿Y si me fuerza a no participar?" me dije, muchas cosas pasaron por mi cabeza, pero de momento no debía hacer que sospeche nada.
-Bueno, es un agrado que nos volvamos a encontrar, al menos podremos trabajar juntos. - Le dije mientras me volvía a poner la gorra y mis gafas. Esto va a ser un suplicio, pero no debo dar muchos indicios hasta que encontremos al asesino.

Nos dirijimos afuera de los cuarteles de Balfoheim. Decidí esperarla afuera por que esos lugares dejaron de inspirarme confianza hace mucho. Cuando salio, me dijo que interrogáramos a los testigos, a lo que yo respondí:
-No hace falta. Ya interrogue a cada testigo de la ciudad. Si quieres puedo compartirte toda la información que se - Le dije con un tono de seriedad. Suelo llevarme mucho por la lógica, pero este asesino no tenía sentido en ningún ámbito. - Todo lo que se del asesino es que mata por placer. Sus victimas son totalmente aleatorias, puede ser un padre de familia, un maleante, unos niños, inclusive un recién nacido y su madre. Solo se sabe de un brillo rojo que emana de el cuando asesina a alguien... y si intentan perseguirlo, correrán la misma suerte. - Dije mientras sacaba un mapa que me habían dado al comenzar la misión - Frecuentemente va a lugares comerciales, parques, lugares públicos... Todo a plena luz del día. - Dije mientras me extrañaba como se les escapaba a todos en tal desesperación que tuvieron que recurrir un cazarecompensas.
-El problema es que si revisamos todos los lugares públicos de Balfoheim, perderíamos bastante tiempo - Me decía mientras miraba el mapa un mas extrañado, marque todos los lugares a los que ha estado, salvo un lugar publico que era el puerto de Balfoheim.
-¿Tienes algún plan? - Le dije mirándola, por que desde mi perspectiva... estaba en blanco.

Cuando Amalia dijo que quería hacer de cebo se me hizo un nudo en el estomago y en la garganta. Era evidente mi fobia de perder a personas que son importantes para mi. De verdad detestaba ver morir a alguien frente a mis ojos.
-Yo... a mi no me gusta el plan... pero no se me ocurre nada mas. - Era evidente que el caso ya era descabellado de por si, el asesino mataba al que sea sin importarle, la vida de Amalia corría un gran peligro. Solo se me ocurrió una cosa por decir:
-Bien, pero antes tienes que saber algo si trabajas conmigo. - Siempre SIEMPRE le decía a las personas agradables que trabajaban conmigo lo mismo, esa frase que, tal vez algunos interpreten mal, pero Amalia ya me conocía. Mi tono se volvió serio y se me notaba el enojo en la voz al decir esa frase.
-Si trabajas conmigo te quedas viva. ¿Entendido? - Y agregue - Ambos sabemos el porque - Mientras limpiaba mi cañón, que desde ya estaba oxidado. Vi una vez mas el mapa y marque el primer lugar que usaremos para atraer al asesino.
-El parque es un buen lugar para empezar a buscar - Dije mientras le esperaba que me siguiera. Esto era muy descabellado, solo espero que no salga lastimada o algo peor...

Amalia simplemente me sonrió y me dijo que estaría bien... ESAS son precisamente las palabras que me preocupan. No podía concentrarme bien, pero debía ahora tranquilizarme y tener la mente fría mas que antes. Una vida estaba en riesgo y no podía darme el lujo de sentir temor. Me posicione en el techo de los edificios para tener una mejor perspectiva de Amalia y del Parque en si. La vi leer un libro... esa sería una buena distracción... en el tiempo que espere me di cuenta... de que si no hubiese pasado aquel accidente... probablemente estaría trabajando con ella. Pero pensé de que, tal vez, me hubiese visto de una manera diferente al que soy ahora, un irresponsable e inmaduro... "He, es gracioso que se me pase eso por la cabeza" Dije mientras vigilaba el Parque, que cada vez mas, se encontraba con mas serenidad. Todo salvo una sombra que se acercaba lentamente a Amalia. No podía cerciorarme, pero de todos modos le apunte con mi cañón. Si se dignaba a hacerle una ataque a Amalia, me aseguraría de que no moviese ni un dedo.

Cuando Amalia persiguió a esa sombra, sentí que el nudo que tenía en el estomago apretaba mas fuerte. Baje de el tejado y me apresure a perseguir a Amalia por esos callejones tan estrechos. Estaba aterrado. No quería que le fuesen a hacer daño. Cuando vi a Amalia, mi cara de terror se denotaba. Ella parecía muerta y la sombra estaba a punto de enterrar un cuchillo. Rápidamente apunte con mi cañón a esa sombra, a lo que ella contesto poniendo un cuchillo en el cuello de Amalia. Sentía que el nudo de mi estomago me estrangulaba por dentro a lo que conteste con una voz temblorosa:
-¡Suelta el arma o disparo! - Mientras tenia mi temblorosa mano en el gatillo
-No lo creo amigo Bangaa, te recomendaría que soltaras el arma antes de que tu amiguita resulte degollada
-¡No estoy para juegos! - Dije mientras le apuntaba, no quería que dañase a Amalia, pero tampoco quería que se me escapase de las manos.
-Oh no amigo Bangaa, ni se me ocurriría jugar con usted, podría romper su juguete mas preciado, a esta muñeca que tengo a mis brazos. Le recomendaría bajar su "juguete" antes de que se deslice en mio por su cuello. Le aseguro que soy mas rápido que usted.
-Nghhhh - Tenía razón... era mas rápido que yo en esa posición. Me resigne a bajar el arma al suelo - Ahora suéltala - Le dije mirando hacía el suelo.
-Oh no, no, parece que no me has entendido amigo Bangaa, el arma era para asegurar mi producto, quiero algo de igual valor a cambio - Estaba seguro, era un enfermo... pero no tenía otra si tenía alternativa mas que aceptar sus condiciones.
-¿Que quieres a cambio? ¿Guiles? ¿Tesoros? Lo que sea, puedo pagártelo - Le dije desesperado mientras aun veía su cuchillo en el cuello de Amalia
-Parece que no me ha entendido. Quiero algo de igual valor. SU vida, por la de ella. Es un trato justo ¿No? - Me dijo mientras parecía denotar una sonrisa aun mas macabra. Estaba en una encrucijada... pero eso si era algo evidente... no dejare que le haga daño. "Aunque me cueste la vida" dije en mi mente y sin pensármelo dos veces conteste:
-Acepto. Ahora suéltala - Dije mientras veía que esa sombra soltaba a Amalia y la dejo en el suelo
-Fue un placer hacer negocios con usted, pero si intenta perseguirme, le aseguro que la pasara mal amigo mio. Vaya, calme sus inquietudes, y luego dígale lo que tratamos. - Dijo mientras de un salto se desvaneció entre los techos con una voz que aun resonaba - Lo espero para su ejecución publica en el parque. - Ignorando todo lo demás, corrí hasta Amalia y la tome en mis brazos mientras trataba de despertarla
-¡Amalia! ¡Despierta! ¡Vamos, despierta! - En ese momento estaba pasando por las primeras etapas de perder a un ser querido, la negación. Solo esperaba que esa negación sea cierta...

No sabía que decirle a Amalia. Realmente sentía que mi cara tenía la expresión similar a la de un reo que estaba a punto de ir a la horca. "¿Como se lo digo?" Cada vez se me pasaba esa frase por la cabeza, pero ya había hecho la promesa, no podía echarme atrás o quien sabe lo que le iría a pasar a Amalia. Reuniendo todo el valor que tenía le conteste:
-Amalia... yo soy el que debería lamentarse. Debí haber disparado cuando tuve la oportunidad... lo siento. - "DEMONIOS YANGO, VE AL GRANO" - Me encontré con el, y... me propuso un trato, un trato que yo acepte - "¡DILO DE UNA VEZ!" - Dijo que si ofrecía mi vida en tu lugar te dejaría en paz... por favor, no intentes detenerme. - Le dije mientras la tomaba de los brazos. Le di un beso en la mejilla y un abrazo para consolarla.
-Lamento que todo haya resultado así... de verdad esperaba disfrutar el resto del día contigo en la playa. - Dije mientras salí del callejón hacia el parque con las manos en mi espalda, jugueteando un poco con mis mangas.

Cada paso que daba parecía eterno hasta que llegue al parque. La multitud estaba asustada y no es de esperarse. El asesino rojo estaba posado sobre la fuente. Me hice paso entre la multitud hasta llegar hasta el medio de la plaza. Sin armas, sin defensa. Solo estaba esperando mi ejecución.
-Cumpliste tu palabra amigo bangaa. No debes preocuparte, sera rápido - Dijo mientras ato mis brazos atrás de mi y me arrodillo frente a todos
-¡Atencion amigos, compañeros, colegas oprimidos! ¡Hoy les ofrezco la libertad a las reglas que oprimen en sus corazones y que ustedes puedan empezar una nueva vida! - Dijo mientras agarro mis orejas y me tiro hacia atrás.
-¡Este Bangaa que ven aquí ha aceptado la liberación por sus propios medios, y hoy, presenciareis esa liberación! - Era ya evidente hacía todos que me iba a matar... Estaba preparado, la verdad hubiese preferido morir antes que seguir sufriendo... pero si logro compensar mi error, el de no poder salvar a mis amigos, entonces habrá valido la pena. Mientras veía a todos solo pude esbozar una sonrisa. No quería que nadie me viese triste en un momento así. Sentí una daga que fue enterrada en mi cuello, sentía como la sangre corría y un dolor insoportable... todo se volvió blanco por un segundo...
Pero aun tenía algo que hacer. Con la poca energía que me quedaba le di una barrida que tiro al asesino que luego, se levanto furioso y me dio una tajada certera en mi corazón... Recordé el abrazo y el beso en la mejilla que le di a Amalia antes de irme... y un susurro. "Cuando sonría, será la señal para que actúes" Mientras todo se volvía negro... Vi una luz blanca... y sentí como una energía irradiaba el dedo indice de mi mano derecha...

La energía que irradiaba en mi dedo no era otra cosa mas que un Anillo de Ángel. El abrazo y el beso en la mejilla eran también parte de mi plan. El asesino no podría saberlo si no se acerca pero el anillo era demasiado notorio, así que lo escondí entre mis mangas junto con otra cosa: Una pequeña navaja. Poco a poco me sentía mas revitalizado hasta que desperté con un ruido... la voz de Amalia. Desperté de cara al agua, aun débil... Autolázaro no te devuelve todas las energías que perdiste y peor para mi, mientras trataba de soltarme, recordé que no tenía ni cañón... no podía hacer nada sin el. No podía luchar con mi compañero en combate... pero sí había algo que podía hacer.
Podía aprovechar su estado y presentarle mi puño en su cara, pero antes, siquiera de tomar vuelo...
-¡Novus! - Dijo mientras una luz le envolvía... espera... ¿Escuche bien? ¿Ese malnacido sabía Novus? ¿El asesino.... era mago blanco? Esto no tenía ni pies ni cabeza... En ese momento, el asesino salto y lo vi haciendo una posicion de manos.
-¡Velo de Agua! - Dijo mientras una esfera de agua me envolvía... "¡¿Que demonios?!" ¿También sabía ninjitsu? Se notaba que no podíamos hacerle nada, pero por suerte, se notaba que no guardaba otro as en la manga. Le trataba de decir a Amalia la estrategia pero cuando quise hablarle no pude... no salían palabras de mi boca... tenía.... ¿Mudez?
Ya no sabía que hacer... no podía planear la estrategia, no podía luchar sin mi cañón y no podía atacar cuerpo a cuerpo por lo cansado que estaba... solo se me paso por la cabeza una cosa... "Soy un inútil... lo siento"

Vi que Amalia hacía un intento por lanzarme una Hierba de Eco. Termino tirada en el suelo gracias a los ataques directos que el asesino le propinaba. Ahora podía ser útil. El asesino era bastante listo, ágil y tenía bastantes habilidades, pero en defensa de una sola área. Me levante y arremetí contra el con todas mis fuerzas. En la confusión, logre soltar una Poción a Amalia, y ademas el asesino quedo tirado en el suelo.
-¡Ha! No eres tan habilidoso después de todo - Dije con aires de soberbia. Debía distraerlo lo mas que pudiese mientras Amalia se recuperaba. Este tipo... ¿Como es que es tan poderoso?
-Amigo Bangaa, no debería subestimarme. No vaya a ser que le salga el tiro por la culata... ¡Velo de Tierra! - Dijo mientras una gran capa de tierra salía desde detrás mío. Lo raro es que ni me toco.
-Ha, que esperabas hacer con... - No pude decir ni media palabra antes de que una patada me llegase con tal magnitud que me dejo incrustado en el pilar que estaba detrás de mi. El freno era evidente, mientras trataba de escapar, el asesino aprovecho para hacerme dos tajos en mi pecho, que dejo una x marcada con sangre...
-Algunas ultimas palabras - Decía mientras llevaba su daga a mi cuello.
-Solo algunas... ¡Amalia! ¡Técnica 68-8-4! - Era evidente que esa señal te la enseñaban en Balamb Garden. Era simple, le hacías indicar al aliado que: "Es débil en sus piernas" "Es bastante torpe al moverse" "Ataca a discreción". El anillo no me salvaría dos veces. Solo espero que Amalia se haya recuperado del todo o sería mi fin...

Amalia logro herir al asesino con su espada. Era mi oportunidad... El no estaba acostumbrado al dolor como yo, por lo que cualquier herida podría soportarla sin problemas. Pero el no, se notaba que era la primera herida que recibía. Lo tome con una mano en un hombro, y con otra mano en su herida abierta procedí a interrogarlo.
-¡Se que no eres tu! ¡Dime donde esta tu jefe ahora mismo! O si no... - Comenze a presionar su herida abierta, propinándole dolor, el comenzó a retorcerse en mis manos.
-Ngh... Señor Bangaa...  No debería asustar a la jov... GHAAAARGH - Comenzaba a exasperarme, apreté su herida abierta. No se si era por la furia, o la desesperación, pero necesitaba información.
-¡No estoy para bromas! ¡Habla de una buena vez! - Estaba perdiendo los estribos. Necesitaba esa información. No importase si me manchase las manos en el proceso... cuando de pronto...
-Velo de Metal
-¡¿Que demo...?!
Vinos como unos polvos de metal cubrieron toda la plaza. No había visto algo parecido, en un descuido solté al asesino y me cubrí los ojos, para no quedar ciego. Cuando todo se disipo, el asesino había desaparecido, dejando una nota a mis pies que tenía una sola palabra: "Te equivocaste"
-¡AAAAARG! - No pude mas y grité mientras golpeaba al suelo. Lo tenía en mis manos... Y lo deje ir.

Aun en el suelo, pude recordar esa voz... ¿Es que acaso no me dejara en paz? Me levante del suelo y mire hacia adelante, la gente estaba aterrada... se supone que debíamos capturarlo, y fallamos. Debí haberlo matado mientras tenía oportunidad de hacerlo. Había... fallado...
- Debemos llevarte a que te curen esas heridas  - Escuche de una voz cercana y mire el tajo en forma de x que había en mi pecho...
-Ay no... Era mi uniforme favorito - Dije mientras me quitaba la ropa rasgada y llena de sangre, aunque no quisiese hacerlo, debía detener el sangrado, en especial para que no viesen mi torso lleno de cicatrices, marcas, moretones que he acumulado solo en dos meses.
-No te preocupes. Ya tengo bastantes cicatrices. Una mas no me hará daño, aunque si deba curar mis heridas antes que nada. - Dije mientras hacía la venda. Mis ropajes amarillos se tiñeron de un color escarlata mientras Amalia me daba una poción.
-Gracias... pierdo las veces que me salvas - Dije mientras bebía la poción. - Oye... lamento todo lo que pasó... Lo que hice fue imprudente, lo se... Pero si quieres hablar del tema podemos hacerlo mientras curan mis heridas. - Le dije mientras terminaba de improvisar mi vendaje. No sabía como reaccionaría ella pero... al menos está bien...

Creo que la venda improvisada hizo efecto, así que seguí caminando hasta llegar a los cuarteles de Rabanasta en Balfoheim... lugar que detestaba entre dientes...
-Ehmmm... ¿No habrá un hospital por ahí o algo así? - Dije mientras veía su cara preocupada... - Disculpa. Entremos ya - Dije mientras nos llevaron al hospital dentro del cuartel. Los magos blancos del área me trataron. Mientras recibía tratamiento pensé en contarle todo lo que sabía sobre el misterioso tipo. Algo que me guardaba para mi. Así que pensé en decirle otra cosa, al menos para sacar un tema de conversación y no aburrirla.
-Bueno... de seguro te preguntaras como pude quedar vivo después de una estocada a la yugular... ¿No? Bueno... pues eso se remonta a cuando me torturaban, tenían la fama de usar AutoLázaro con un Mago Blanco para torturarme, por lo que la mayoría de los golpes eran remate... solo por eso, una vez un golpe que se supone que sería letal no me acabo, acostumbraba quedarme vivo, así que técnicamente... - Cuando vi que Amalia me miraba asustada... - Arg, para que abro la boca - Mientras miraba para atrás, algo avergonzado. No soy bueno sacando temas de conversación casuales... no es lo mio, y se notaba en mi cara.
-Bueno, el hecho es que ya no siento la muerte, por lo que llevo siempre un Anillo de Ángel a mi guarda - Dije mientras mordía un poco de suplementos de plasma que me dieron para recuperar la sangre perdida.