[Fuerza de Voluntad [Antigono/Amalia][CERRADO]

- Vengo de Bodhum y me he perdido y como no vi a nadie, creí que aquí podrían ayudarme a orientarme, pero el lugar esta vació, erré. - Digo con voz angustiosa la chica. No podía evitar preguntarme que hacia caminando por un lugar como este para buscar direcciones a esta hora, pero su angustia no podía ser fingida, por lo que me compadecí de ella y trate de comportarme como un honorable caballero, tal como hubiera hecho mi padre.

- Yo podría ayudarte si quieres, de todas formas ya había terminado mis asuntos aquí- Sonreí delicadamente hacia la chica. No podía dejarla sola, me parecía demasiado...¿Que? ¿Demasiado que? No lo sabia, pero tampoco me pare a pensar en eso. -¿A donde necesita ir señorita?- Pregunte suavemente mirandola por primera vez a los ojos.

-No, vine para ver si encontraba a ciertas personas pero no pude encontrarlas- Le respondí algo nervioso. Ella no debia enterarse de lo que había venido a hacer aqui, o tal vez se asustara y no me dejara ayudarla.

Casi al mismo tiempo me pregunto por un hospedaje cercano a los cuarteles de Rabanasta, lugar que conocía muy bien por las múltiples veces que había llevado criminales alli o de cuando buscaba algún trabajo ayudando a la guardia.

- Claro, te llevare allí, conozco muy bien el lugar después de todo.- Sonreí y me tense un poco mientras se acercaba a mi, me ponía muy nervioso con la cercanía de las mujeres, pero se detuvo cuando se escucharon unos sonidos arriba. Maldije mi suerte y mala interpretación de la información. Me habia olvidado que mi reloj estaba una hora adelantado, y las reuniones se llevaban a las dos de la madrugada, por lo que yo habia llegado una hora antes.

¿Que debia hacer ahora? No podia dejar a la chica sola, y tampoco queria que me viera luchando, tal vez se asustara o saliera herida, pero por otro lado tampoco queria dejar escapar a los criminales.

- Hay más gente en este edificio a parte de nosotros.- Dijo cuando escucho los ruidos. Debia actuar rapido.

-Escuche, este lugar es peligroso, busque un lugar para esconderse y en breve me reunire con usted. En el piso superior deben encontrarse criminales buscados, asi que no me siga pase lo que pase y espereme bien escondida- No le di tiempo a replicar, sali corriendo en direccion a las escaleras, dispuesto a encontrar y detener a esos criminales, no importa quienes fueran.

Corri lo mas sigilosamente que pude hacia el piso de arriba, rogando para que la chica no me siguiera o se asustara, pero grande fue mi sorpresa cuando aparecio, espada en mano, a mi lado, y me dijo en voz baja que su deber era proterme a mi, un... ¿civil? En fin, luego me dijo que era guardia de Rabanasta.

Me di lentamente la vuelta y la mire a los ojos. Ciertamente, su voz sonaba mas sincera y sus ojos brillaban mas. No me gusto que me mintiera, en cualquier caso, pero lo mas probable era que esa chica pensara que yo era un criminal y seguro esperaba poder apresarme, por lo que, en vez de enojarme, sonrei. Me alegraba tener, por una vez en mi vida, a la ley de mi lado.

-Agradeceria su ayuda en realidad. Solo trate de no salir herida señorita guardia. Si vamos a luchar juntos, quiero que sepa que, no importa lo que me pase, no venga en mi ayuda ni se entrometa en mi combate, pero usted debe dejarme ayudarla. Estando claros en esto, tenemos que seguir o nos perderemos la conversacion.- Ella hizo ademan de responder, pero la ignore y comence a correr sigilosamente hacia una habitacion muy amplia.

Me quede en el marco de la puerta escuchando la conversación, esperando encontrar algun motivo para perdonarles su libertad y su vida,pero contrario a eso, solo me dieron repulsion sus palabras.

- Ciertamente las drogas se estan vendiendo bien en el barrio bajo, esos imbeciles se creyeron el cuento de la medicina y compraron toda la droga, ahora se volveran adictos y compraran cada vez que consigan robar alguna miseria. Luego de eso, podremos seguir las ordenes de nuestro cliente y matarlos a todos, despues de todo, ¿Quien extrañara a unos enfermos drogadictos sin dinero?- El hombre y sus siete compañeros comenzaron a reirse, y yo, cansado de escuchar tanta basofia, desenfunde sonoramente mi espada y sali a su encuentro.

- Ustedes moriran aqui.- Sentencie poniendome firme detras de ellos, a plena vista y mirandolos con ojos de un azul profundo y oscuro.

Sentia la precencia de la guardia detras mio y tuve que contenerme para no sonreir. Ella no parecia tener animos de esperar, por lo que se lanzo directamente al combate, por lo que yo tuve que ponerme a luchar seriamente contra los demas personajes.

Cruze espadas con uno de los bandidos, chocando espadas rapidamente con el y esquivando por los pelos los ataques de sus compañeros. Por el rabillo de mi ojo podia observar el estilo de combate de la guardia, que parecia luchar sin intencion de matar a sus contrincantes. Me parecio muy noble y bello, pero lamentablemente, yo no podia darme ese lujo. Di una patada con todas mis fuerzas en la rodilla de mi oponente frontal y en cuanto este bajo la guardia por el dolor aproveche a clavarle mi espada en el medio de su pecho.

El hombre se retorcio un poco mientras la luz se escapaba de sus ojos, y yo sentia que un poco de luz se escapaba de los mios tambien, pero no tenia tiempo para lamentar su final. Saque la espada de su pecho y salte a un costado justo a tiempo para evitar que me cortaran la cabeza desde mi espalda. Me lance de nuevo al ataque contra este nuevo oponente y su compañero, lanzando tajos y estocadas a gran velocidad sin darles oportunidad de atacarme, pero fui descuidado y lograron hacerme un pequeño tajo en el hombro izquierdo. Hice una mueca y sin dejar de atacarlos concentre mi energia en mi espada y conjure :<RALENTI> Mi contrincante derecho se volvio mucho mas lento y luego de desviar un ataque a mi cabeza por parte de su compañero le hice un tajo en la yugular. El hombre cayo inerte y continue mi ataque hacia el siguiente enemigo, esperando que la guardia no pensara mal de mi.

Luego de que la guardia derrotara a su otro oponente solo quedaban mi oponente, un hombre mas que cubría a su líder y este. Mi solución era simple: Mataría a los que se metieran en el medio; obviamente trataría de evitar muertes, pero no me complicaría solo para dejar inconscientes a unos criminales.

Cruce espadas una vez mas contra mi oponente, chocando nuestras espadas a mucha velocidad. Esquive una estocada a mi pecho, que rozo mi hombro produciéndome un sangrado, y le di un rápido codazo en el medio de la nariz. El hombre retrocedió cuando recibió el golpe mientras se sujetaba la cara, y aproveche para darle una patada en el estomago, dejándolo sin aire y haciendo que se golpeara la nuca contra la pared, dejándolo inconsciente.

Me examine rápidamente mis heridas. Yo solía resultar herido en los combates, ese era mi estilo de lucha. Confiaba en mi fuerza de voluntad para mantenerme en pie aun tras recibir muchos daños, por lo que descuidaba la defensa de puntos no-vitales. Suspire y corri hacia el ultimo hombre resguardando al jefe.

Di un salto y choque contra la espada del hombre de la derecha, permaneciendo en el aire por el choque de nuestras espadas, hasta que el hombre retrocedió por la fuerza de mi espada. Aterrice en el suelo y me lance en un rápido frenesí de ataques contra el hombre, blandiendo mi espada con gran velocidad y fuerza, sin darle tiempo y preparar una defensa concisa, hasta que su brazo, entumecido por tantos golpes mal bloqueados, soltó su espada y la mia corto limpiamente desde su hombro hasta su cadera, haciendo que cayera al suelo, muerto. Luego de eso, Solo quedaba el jefe. Este tenia una pequeña daga y se mantenia apretado contra la pared. Dejaria que la guardia se encargara, era su trabajo y me sentia feliz con solo acabar con eso. Pero luego deberia pedirle permiso para interrogarle por ciertos aspectos...

El muchacho había acabado con dos de los bandidos que ahora quedaban, dejando solo a quien parecía ser el líder, no podía dejar que lo matase, debíamos interrogarlo en los cuarteles, así que me acerqué a él.

- Muy bien, tienes dos opciones. - dije levantando dos de mi dedos. - o vienes conmigo por las buenas o vienes conmigo por las malas. - si se rendía sería lo mejor.

El rufián me atacó con su daga y erró, su ataque era respuesta de que vendría conmigo por las malas. me volteé hacia él y este nuevamente atacó, errando una segunda vez, lo ataqué y desarmandolo y una vez teniéndolo cerca dejé caer mi espada al suelo y comencé a golpearlo. Mi puño dio directo en su rostro botándolo al suelo, continué golpeando.

- Dime de donde sacaste aquella sustancia que le vendes a la gente en el Barrio Bajo. - giró su rostro para no mirarme y continuó en silencio. Volví a golpearlo. - No tengo paciencia con gente como tú. Responde!. - seguía sin esbozar palabra alguna. Lo tome de sus prendas y lo comencé a zamarrear, estaba tan concentrada en golpearlo que no vi cuando tomo su daga y fue entonces que me atacó, solo atiné a cubrirme con mi brazo, el cual salió herido por el ataque. Le propiné un último ataque que lo dejó inconsciente y luego me levanté. - Maldito estúpido. - Golpeé su abdomen con mi pie.

Mi brazo sangraba, pero era lo de menos, había atrapado al jefe de esta maldita banda de mal nacidos. Ahora debía amarrarlos e ir por mis colegas al cuartel. Miré al muchacho y le agradecí su ayuda.

- Hiciste de esto algo mas fácil. Te vuelvo a agradecer la ayuda prestada. - ahora me encontraba muy curiosa, quería saber si pertenecía o no a la Academia de Balamb Garden.

Observo con atencion y sorpresa el desenfrenado ataque de la guardia contra el jefe de la banda, y no pude evitar sonreir por la comica escena. Pero cuando esta salio herida mi expresion cambio y tuve que contenerme para no rebanarle la cabeza alli mismo. Me controle y mientras esperaba a que la guardia terminara con el jefe corte una parte de mi ropa y la prepare para que funcionara como venda. Cuando ambos terminamos, ella se acerco a mi para agradecerme.

- Hiciste de esto algo mas fácil. Te vuelvo a agradecer la ayuda prestada. - Hice un gesto con la mano para expresar un sentimiento mutuo y sin decir una palabra la tome del brazo herido y comence a tratarlo. No era muy bueno en medicina, pero las clases de Balamb Garden me permitian tratar aunque sea una herida asi de pequeña. Pude ver un poco de curiosidad reflejado en su rostro, e imagine que queria saber como habia aprendido a luchar y a vendar un brazo, por lo que me decidi a responderle de forma desinteresada.

- Mi nombre es Antigono, y soy un estudiante del jardin de Balamb que esta tomandose un descanso del jardin para recorrer el mundo. ¿Como es su nombre señorita?- Termino de vendarle el brazo y la miro profundamente a los ojos, con una sonrisa en mis labios.

Desvié la mirada avergonzado cuando la guardia se levanto el vestido para envainar su espada y sacar una cuerda. Me dispuse a ayudarla a atar a los bandidos mientras trataba de crear una conversación, cosa en la que siempre fui pésimo.

-Un gusto Amalia, tu también luchas muy bien.- Sonreí levemente y baje la mirada para preguntar algo - Señorita Abagnali... Por razones que no puedo explicar, me siento obligado a continuar con este caso ahora que he visto la magnitud en la que se esta desarrollando, por lo que me gustaría pedirle permiso para continuar trabajando en esto. Por supuesto, no pediré recompensa ni nada por el estilo, y aunque se niegue seguiré investigando igual, pero seria bueno tener a una guardia de mi lado... - Si la guardia no me dejaba cooperar con ella en esta operación simplemente trabajaría solo, pero hay cosas que pueden hacerse solo con ayuda de un guardia. Ademas, parecía una persona agradable, y al no intentar matar a sus contrincantes podría disminuir las muertes que causaría yo solo.

Luego de ajustar el ultimo nudo, la mire expectante, impaciente por su respuesta.

Realmente no tengo muchas ganas de pasarme por el cuartel ahora mismo... Muchos guardias tienen resentimientos contra mi... Por lo que haremos lo siguiente: Yo revisare la situacion del Barrio Bajo mientras tu consultas con algun superior e interrogas a estas alimañias. Buscame alli cuando termines y dime lo que hayas averiguado.-

Le sonrei y camine hacia la puerta. Se estaba haciendo tarde, y debia descansar mi espiritu por las muestes que habia causado. Me detuve frente al umbral de la puerta y la mire por ultima vez antes de retirarme.

-Espero que podamos trabajar una vez mas en equipo, hacia mucho que no dejaba tan en calma una batalla.- Gire la cabeza y camine fuera de la habitacion, hacia la salida del lugar, navegando en diversos pensamientos dentro de mi cabeza.