Día Libre

Era un dia maravilloso de verano, el unico dia que me quite mi uniforme y me puse ropa mas... casual. El dia era tan bello, que el mal humor que siempre acumulo se evaporo completamente. "Ojala fuese asi todos los dias" Me dije algo apenado. Decidi pasear por la casa del viajero, estaba impaciente por probar el jugo especial doble nuez doble fruta, que decian que con un solo sorbo te mandaba a las nubes. Estaba tan impaciente que por accidente choque con una chica. No se si sera el buen humor que tenia en ese momento pero no me importo en lo absoluto. Ellla se veia tan apenada que tuve que hablar
-No tienes que disculparte. Yo fui el torpe que choco contigo - Dije con una sonrisa y me pregunte en mi interior: "Este no soy yo... ¿Acaso sera el dia?"
-Por cierto, usted se me hace familiar... ¿No nos vimos en algun lado?

Bueno, eso era una sorpresa. Estudiaba en Balamb Garden. Podia hacer leve memoria... ¿Podría ser la chica que se rio de mi de mas cuando pasee desnudo? O tambien podia ser la chica amable que me dio polvora para mi cañon... muchas posibilidades rondaban en mi cabeza, pero no queira que supiese que yo era de Balamb. Aunque tambien pude habermela encontrado haciendo sus rondas, pero eso era menos probable.
-Quisa haya sido lo segundo. No fui estudiante de balamb... -"¿¡EN SERIO QUE DIABLOS PASA CONMIGO!?" Me dije a mis adentros. Siempre tengo la peculiaridad que cuando miento, mi voz se torna chillona... pero en ese momento no lo hizo... ¿De verdad el día puede hacer esto? Muchas cosas me rondaban por la cabeza, pero aburriria a la chica si me quedase pensando.
-Vaya, que modales los mios... acabo de conocerla y todavía no nos hemos presentado - Me dije un poco avergonzado - Mi nombre es Yango Razum. No quiero presumir, pero soy el Artillero con la puntería mas perfecta de todo el mundo - Esa frases ya se había convertido en mi presentacion - Pero no necesitamos hablar de cosas belicas. Estoy disfrutando mis vacaciones y ademas, no tengo mi cañon para probar nada. - Recorde que había dejado mi cañon en custodia, y mi uniforme estaba secandose.
-Pero bueno, podria decirme su nombre señorita, quisa eso me refresque la memoria -Le dije con una sonrisa. El dia estaba tan bello que desde ya, me parecio que esa actitud la tenía desde siempre... y la verdad.. es que me gustaba.

Amalia Abagnali... Abagnali... "¡Lo recorde!" Todos los tarados de Balamb la llamaban la sobrina del capitán, pero yo era mas cortes y le decia por su nombre... ¡Y ella fue la que me dio ese poco de polvora para esa misión suicida! Vaya, que alegria encontrarla
-Pues, mucho gusto, señorita Amalia - En ese momento recorde que no le gustaba que la llamasen por su apellido.
Luego pregunto si espero a alguien, en esa pregunta senti como si una espada me atravezase el corazón.
-Ouch, eso dolío señorita - Le dije finjiendo una sonrisa - Mi novia, que en paz descanse, le hubiese gustado venir - Le dije mirando hacia abajo.
-No, mi motivo no es sentimental, mas bien, he venido a degustar. He escuchado que hay una bebida de doble nuez, doble fruta que al beberla te manda al cielo. - Le dije sonriendo, había traido bastante dinero como para beberme todas las que tuviese, tenía que aprovechar, pero tambien sería mejor que las compartiese con ella "Maldito día, me dejaras sin dinero" Me dije a mi mismo con una sonrisa.
-Puedo invitarle uno, si lo deséa, no me costara nada. Ademas, este tipo de cosas no son el tipo de cosas que puede disfrutar uno solo - Le dije levantando mi mano, viendo si correspondía a mi invitacion.

Me sentí un poco culpable por hacerla sentir mal. Creo que el día no quito todo mi mal humor. Supongo que la bebida que le invitare compensara todo lo que dije, aunque olvidarme por completo de Ayala me era dificil... "¡No! ¡Ya superalo! ¡Ella no volverá!" me gritaba a mi mismo, que sin fijarme, salio una pequeña lagrima de mi ojo.
-Discupame... - Me dije limpiando esa única lagrima. Debía olvidarme del asunto e ir por las bebidas. Amalia me pidió que fuésemos a beberlas al lago y yo acepte encantado. Una buena bebida y una hermosa vista son el condimento perfecto para pasar mis vacaciones. El puesto era famoso, pero la fila no era tan grande. Suerte para ambos. El vendedor parecía ajetreado, al poco tiempo, llego nuestro turno de pedir.
-¡Hola! ¿Puedo tomar su orden? - Dijo el tipo con una sonrisa de oreja a oreja.
-Si amigo. ¿Como se llaman esas bebidas de doble nuez y doble fruta que había oído que son tan famosas? - Le dije emocionado.
-Ohhh ¿Te refieres al Jugo Cielo Doble? Son 200 Guiles. - Me dijo mientras parecía preparar el jugo.
-Deme dos - Le dije, sacando de mis bolsillos el dinero que traía - Aquí tiene, 400 Guiles, ni uno mas y ni uno menos, y tenga 50 Guiles de propina.
-Muchas gracias señor - Me dijo con una sonrisa aun mas grande. Sirvió nuestras bebidas y ademas sirvió unas extra. -Tome, para degustar, es una de nuestras nuevas bebidas: el Preludio de Amor. Te asegura que te golpeara como la flecha de cupido. Te servira para coquetear con la linda hume... jejeje - Al escuchar eso, sentí que se me subía la sangre a la cabeza
-¡¿Pero de que demonio habla?! - Ella no... ella solo es... ¡AARG! - No se si lo rojo era por la vergüenza o por la ira.
-Tranquilo amigo, solo es para degustar. Tampoco hace falta que te pongas así. - Me dijo para intentar de calmarme. Supongo que no ganaba nada enojandome mas de la cuenta, así que lo deje pasar.
-Ten, aquí tienes tus bebidas. ¿Vamos ya al lago? - Le dije para alejarme del vendedor que ya me miraba con interés...

En cuanto le iba a dar las bebidas, Amalia comenzó a reírse de manera descomunal. Cuando me dijo que debía haber sido mas cómico y seguirle la corriente, mi cara se puso tan roja que cualquiera me hubiese confundido con un tomate. Era un sentimiento de vergüenza, pero ira no sentía...
-Vamonos ya... - Le dije con una voz bastante chillona y nos dirijamos al lago. Tratando de olvidarme el bochornoso momento. Al llegar al lago tomé mi Jugo Doble Cielo y comenze a beberlo. El sabor era... Glorioso. Al parecer tenían razón con lo del jugo, te manda al cielo de lo sabroso que es. Solté un suspiro y me recosté en el césped de la orilla. 
-Después de todo este jugo si te manda al cielo. - Recostado en el césped y mirando al cielo, parecía que estuviese recostado en las nubes. Todo era tan tranquilo... el sonido de los pájaros, el olor de la naturaleza. Estas vacaciones... serían perfectas. En un momento, le pregunte a Amalia
-Y dime... ¿Que te ha parecido el jugo? - Le dije mientras mi mirada se perdía en el cielo.

Era la primera vez que alguien la acompañaba... a decir verdad... siempre he viajado solo. No he hecho mas que buscar me venganza... esta era la primera vez que no tengo ningun tipo de tension y estaba acompañado de una bella chica... si Ayala estuviese aqui, hubiese pasado la tarde con ella...
-No, gracias a ti - Le conteste - He estado solo desde que empeze mi viaje. Y... es agradable tener compañia... aunque sea un día - Le dije mientras termiaba lo ultomo que qedaba del jugo. Pensaba pedir mas, pero cuando quise levantarme recorde el Preludio de Amor que me dio ese vendedor... La verdad dudaba... si llegase a contener vino de molbol arruinaría el momento completamente. Pero no perdía nada de momento por probar, asi que le dije...
-¿Quieres probar? - Mientras le ofrecía la copa - Solo dime si no tiene vino de molbol... - Le conteste avergonzado.

Me alivio un poco que no tuviese el dichoso vino... Era seguro, así que bebí un poco. Una consistencia demasiado dulce... pero no menos sabrosa. Supongo que las parejas melosas aprecian beber eso mirandose unos a los otros... Al terminar de degustar, Amalia me dijo que se sentía apenada por algo.
-¿Apenada? Por que te... - Me basto mirarla a los ojos para ponerme blanco... "No puede ser... ¿Ayala"
La veia... sabía que era amalia, pero mis ojos veían otra cosa. A mi Ayala... a mi dulce dulce Ayala... pero... ¿Por que? He querido olvidarla para no ser mal compañero y ella...
Me aguante las ganas de llorar... Había pasado no mas de once meses desde el incidente... y aun así no había podido olvidarme de ella. ¿Por que cuando veía a Amalia veía a Ayala? No se que me hizo hablar, pero... tenia que decirle...
-Señorita Amalia... Hay algo que debo confesar - Le dije y añadí - Me temo que no he sido honesta con usted.
Sabía lo que venía... si no se lo contaba... el recuerdo de Ayala no me dejaría en paz, pero debía contárselo para seguir disfrutando del día con ella.
-Si usted quiere escucharlo quisa podríamos disfrutar mas este día - Le dije, para ver que me decía ella y me repetía en mi interior: "No debí haber tomado esa muestra gratis"

Ella me iba a escuchar... ¿Pero por donde iría a empezar? Todo sería tan confuso que ella seguramente no me entendería. Al final, decidí empezar por lo primero.
-Primero... Si soy, o al menos era estudiante de Balamb. La recuerdo ese día en que al salir de practica, usted me ofreció un poco de pólvora por que creía que la iba a necesitar. Esperaba que no se acordase - Le dije un poco apenado. Esa, según dijo el profesor encargado era la prueba de iniciación. Una en la que si pasásemos un ataque simulado, nos graduaríamos de Balamb para comenzar a ejercer nuestro trabajo como guardias imperiales. Esa prueba... no fue una simulación... Fue una pesadilla.
-¿Sabe por que, de esa prueba nadie se reporto o apareció? - Aun recuerdo todo lo que pasó, ese día se fundió en mis ojos y nunca ha salido...
-Olvidelo, no querrá saberlo.  - Y añadí - De seguro le arruinaría el día - Mientras veía las nubes, que, en un momento, comenzaron a disiparse y a ver el cielo claro. ¿Debía olvidarme del asunto y hablar con ella? ¿O debería seguir contando todo?

La verdad, a estas alturas no sabia que maldecir... al día, a la muestra gratis... pero lo que si se es que ya no hay marcha atrás.
-Paso hace once meses. Creíamos que era parte de la practica, hasta que se reporto una baja. El profesor dijo que estaría bien pero... en verdad si era una baja, estaba muerto. - Recordaba bien esa parte, la baja era un hume tarado que se arrojaba con todos - El profesor fue a hablar con el grupo que el había contratado para la prueba y lo mataron en frente nuestro. Pedimos ayuda a Balamb... pero nadie vino - En ese instante, viendo como mis camaradas caían, pensé que Balamb nos había abandonado - Todos los que conocía, mis amigos, incluso mi... - Trataba de aguantarme las ganas de llorar... solo mencionarla me hacía perder el control de mis emociones... ¿Por que? Antes no pasaba eso.
-Disculpa... - Dije y proseguí - Al final, solo quede yo...  Intente volver a contactar ayuda, pero en una de esas me encontraron. Lo que recordaba después... es que estaba encadenado... - Recuerdos que no quería recordar y que dejaron cicatrices en mi cuerpo para siempre... -Ellos... me torturaron... por los dos meses que estaba capturado. - Mientras veía debajo de mi camisa.. aun seguían esas cicatrices... pero... ahora... sentía menos pena que antes.
-Sabes, me siento mejor. Gracias por escuchar todo... espero no haberte aburrido.  - Dije mientras miraba al cielo, que, nuevamente se volvió a despejar... Mi mente se volvió a aclarar... y el tono triste que tenía mi voz cambió. Me sentía... bastante mejor.

En el instante en la que la hume me abrazo, sentí algo raro en mi. Solo han habido dos personas que me han mostrado afecto en mi vida... Ayala... y esta hume que acabo de conocer llamada Amalia. En el instante en el que sentí su cariño y sus condolencias... Empezaron a caer esas lagrimas que trataba de ocultar. Era un sentimiento que en mi vida nunca había sentido... alguien... me consoló. Era algo nuevo, y las lagrimas no paraban de caer.
Correspondí a ese abrazo... aun con mis llorosos ojos, trate de calmarme un poco. Con todo lo que había pasado ahora, solo una palabra se me paso por la cabeza en aquel momento...
-Gracias... Muchas gracias - Le dije. Este día fue uno de los mejores. Sería algo que nunca iba a olvidar. Alguien... se compadeció de mi. Sería mejor que fuese ideando algo para devolverle la gratitud.
-Este día lo recordare por siempre, muchas gracias. Si hay algo que pueda hacer por ti, házmelo saber. -Cada vez mas el paisaje frente a mi se hacía mas y mas bello, vi a unas hadas danzando frente al lago, lanzando su viento blanco en un espectáculo asombroso.

Ella quería mas jugo para disfrutar el día. Mire mi bolsa en donde guardaba el dinero y me di cuenta que aun tenía 4500 guiles. De hecho, con lo que tenía, podía invitarle una cena en la casa del viajero. "Quisa para cuando anochezca" llegue a decirme. Pero había que esperar una decisión de ella.
-¡Claro! ¿Por que no? - Le dije sonriendo - Todavía me queda bastante dinero. Quisa hasta pueda invitarte a una cena en la casa del viajero. - Le dije con el animo bastante levantado -Espera aquí, ya vuelvo - Le dije mientras corría a toda prisa al puesto, que ahora estaba bastante lleno... de Bangaas molestos. "¿No habra sido que la muestra...? No... olvídalo..." Me dije a mis adentros. La fila avanzo rápido, por lo que mi turno llego bastante rápido también.
-Dos Jugos Doble Cielo, por favor. - Le dije sacando los 400 Guiles que aun tenía en mi bolsillo.
-Aquí tiene, los invita la casa - Eso que dijo me asombro bastante.
-¿Eh? ¿Y eso porque? -Le dije bastante extrañado. Nadie en toda mi vida me había dado algo gratis.
-Puees, las muestras gratis que he dado tienen un efecto secundario en los Bangaas. Despiertan dolorosos recuerdos de ellos y... les he estado devolviendo el mal rato con bebidas gratis. - No me sulfure con la respuesta, puesto que lejos de enfadarme, me hizo sentir mejor.
-No hay problema amigo. Aquí tiene 400 y 100 de propina - Le dije entregándole los guiles.
-La verdad, me extraña... Creí que vendrías a quejarte - No pensaba quejarme aun, no con lo bien que lo pase hoy.
-Amigo, no me conoces. - Le dije mientras tomaba las bebidas y me iba al lago. Las hadas aun seguían danzando y las parejas parecían disfrutar del espectáculo. Antes de darme cuenta volví a mi lugar.
-Aquí tienes. No me vas a creer lo que paso. - Le dije mientras le daba un sorbo al jugo.

Amalia se veía preocupada. Puesto que todos los bangaas que había bebido la muestra gratis estaban de mal humor, yo estaba fresco como una lechuga.
-Parece que el famoso Preludio de Amor tenia un efecto secundario en todos los bangaas. Te agradezco por solucionarlo. - Le dije mientras me lleve la mano a la cabeza. Veía como el día lentamente se hacia un hermoso atardecer, las hadas aun seguían danzando, junto a la puesta de sol, hacían un espectáculo majestuoso.
-Se esta haciendo tarde - Me dije mientras miraba el bello espectáculo que sin darme cuenta, nos tocamos de las manos. Me sentía un poco avergonzado...