Día Libre

Mientras Amalia me informaba que tenía que irse, me sentía bastante mal, hasta pensaba en que ordenar para la cena... supongo que comería yo solo.
-Bueno, espero que nuestros caminos se vuelvan a cruzar algún día. - Dije con la cara roja, el pulso a mil y tomándola de la mano. Esperen.... ¿Por que me pongo así? Algo anda mal.... ¿Por que me siento mas romántico de lo normal? Veía a cada bangaa a mi alrededor besándose apasionadamente y me dio a entender algo... "¡LA MALDITA BEBIDA!" me dije mientras parecía que me preparase para...
-Bueno, aquí tiene un regalo de despedida señorita Amalia - Le dije mientras preparaba para besarla... diablos, con lo buena que había sido y yo me estaba descontrolando totalmente... Lo único entonces que se me pasaba por la cabeza era... "Me va a abofetear, me va a abofetear, me va a abofetear"

Antes de darme cuenta, volví a mi control. No había hecho nada aun... pero mi cabeza estaba roja, y me ardía todo. Creo que el efecto de ese jugo no fue muy duradero.
-Si... estoy... bien... - Dije mientras jadeaba. Era como si me sintiese agotado... como si me doliese todo y sentía que la cabeza me iba a explotar. Había sido buena conmigo y no quería arruinarle el momento. Pero... debía darle algo por el buen rato que pasamos. Y entonces recordé...
-Toma... para ti... - Le entregue mi collar. En el estaba impreso la imagen de un chocobo. Era una manufactura hecha por mi. -No... te... preocupes... las hago... todo... el tiempo - Dije jadeando por la fiebre. Debía darle algo para que cuando nos volviésemos a ver nos recordáramos. Me sentía bastante mal, así que decidí ir a la casa del viajero para descansar un poco, ademas, ella parecía ocupada. Se preocupo un poco cuando me vio tambaleando.
-No... te... preocupes... puedo... llegar... bien... - No alcance a decir media palabras y me puse rumbo a la casa, pero no pasaron ni cinco pasos antes de que me desplomase en el suelo y viese la tierra, luego, lo único que pude ver fue oscuridad....

Pareciese que desperté en la casa del viajero. Solo escuchaba voces, no sabía de quienes eran, paro habían balbuceos y otras cosas, solo pude escuchar... no muchas cosas por que me pitaban de una manera increíble
-Lo...... beb...... filt..... am.... ru...... dis........ - No tenía idea de lo que sucedía... pero si es seguro de que algo había pasado con la dichosa bebida. Pude ver a Amalia al lado mio, pero era tan borroso que solo pude reconocer que era ella por el colgante que le di... Me alegre un poco viendo ese colgante, sino, no hubiese podido reconocerla.
-Necesito... agua... - No podía pensar con claridad... me sentía bastante débil y cada vez mas la vista se me nublaba...
No puedo pensar, no puedo decir, no puedo escuchar, apenas puedo hablar.... que impotencia sentía, en especial por que arruine esta hermosa velada...
-Lo siento... - Alcance a decir mientras volví a babia... realmente me sentía avergonzado

Amalia no se sentía molesta, es mas, me devolvió la sonrisa. Tenía la excusa perfecta para que no le regañasen y eso en parte, me alegró. Después del esfuerzo de tomar el agua, me tire a dormir. No me cobrarían nada por el accidente, pero al menos me alegro de haber pasado un lindo día. Desperté al día siguiente y Amalia se había ido. Supongo que me lo esperaba, ya que solo le dieron un día, pero en mi interior, me agrado conocerla. "Ojala vuelva a verla" Me repetía una y otra vez en mi cabeza. Tomé de mi bolso un pequeño colgante con un cañón y lo puse en mi cuello. Al salir, me di cuenta de que el sol aun pegaba fuerte y el día era perfecto. Seguí retomando mis vacaciones, con el animo para arriba y pensando en el siguiente lugar donde pasar el día. En ese momento se me vino a la cabeza: "Ojala la hubiese invitado a cenar" Me dije mientras empaque el resto de mis cosas en mi mochila y cargue mi cañón en ella. Cerré los ojos por un momento y me encamine a lo desconocido. Este día lo atesorare en mi mente y no lo dejare ir otra vez, al igual que Amalia... "Seguro que cruzaremos caminos otra vez" Me dije mientras salía del lago.