El Sendero Del Odio (3/3)

En mi camino de vuelta al punto de encuentro me encuentro con otra araña que se dirigia hacia las que ya habia matado guiada por el olor del acido que dejaban al morir.

Gracias a que se encuentra concentrado en seguir el olor no me ve, lo que lo hace facil de matar con una rapida y silenciosa estocada lateral a la cabeza.

"2 de 2 mas un bonus, espero estoy atraiga a las arañas" Pense mientras veia que la araña dejaba de moverse, "Me pregunto como estaran los demas", y con esas palabras en mi mente, volvi a emprender carrera hacia el punto de reunion.

Despues de un minuto aproximadamente, llegue a lugar, el olor a la araña muerto se habia disipado casi completamente, y no habia rastro de nadie mas.

- Estaran bien? pense en voz alta, algo inquieta, "Talvez necesitan ayuda, quizas estan en apuros." Sigo pensando mientras camino de un lado a otro, finalmente me detengo y suelto un fuerte suspiro.

"Puede que simplemente, sea la primera en llegar" y eso esperaba, que solo fuera eso, pero calculando bien, fui probablemente la que menos atrajo arañas, y desconocia las capacidades de combate de ellos 2, asi que asegurar que estaban vivos.

Ruido de arbustos cerca me saca de mi concentracion, me pongo en guardia esperando cualqueir cosa, y esperando sea alguno de ellos.

- Chicos, son ustedes? pregunto lo sificientemente fuerte para que se escuche.

Saltaba lo más rápido que podía entre los arboles. El viento se tornaba frió, látigos en mi cara acompañados de gotas de rocío y verdor de las hojas. Los murmullos se alzaban para luego empezar a callar en sentimiento de temor. El viento, ese viento al principio fuerte pero común, frío pero natural. No era más viento, era como una respiración. Algo que te succiona el alma poco a poco. Cuando los murmullos se acrecentaron de nuevo para recomenzar el ciclo, esta vez escuche claras risas. Colores, sonidos, temblores inundaron mi cuerpo. Resbalo y casi caigo pero logro sujetarme de una rama. Me sentí mareado. Pero no era yo. Era el bosque.

-Ciertamente

Me dije.

-Ciertamente algo no anda "bien" aquí.

Apresure el paso, esta vez causando ruido y hasta rompiendo ramas en el proceso. Ya me encontraba bastante cerca del claro.

- Chicos, son ustedes?

La voz de "La Viera" hizo que detuviera mi "columpiar" en seco. Salte de entre los arboles al claro. Sentía una gran angustia, un remolino en el estomago. Como si no fuera suficiente el de mi cabeza. Y no lo disimulaba en absoluto.

-Viera ¡¿Dónde esta Romeo?!

No le di tiempo de responder. Basto mirarle a los ojos para saber que era la primera que llegaba.

-¡Olvidalo! ¡Vamos por él!

Nuestro encuentro fue fugaz y sin asegurarme que "La Viera" me siguiera huí al norte siguiendo las pisadas de las arañas esperanzado que llegará antes que el "tiempo se detuviera".

Suelot un suspiro de alivo al ver que solo es el loco de la katana, lo miro mientras se acerca, y al parecer no tiene ninguna herida mayor, me dispongo a preguntarle si sabe algo sobre el otro tipo, pero me para hablando el primero.

-Viera ¡¿Dónde esta Romeo?!

"Romeo?" me pregunto mentalmente y recuerdo que asi llamo al otro tipo cuando llego, y esas palabras significaban que el tampoco sabia donde se encontraba el otro tipo, mire a mi alrededor, y no habian señales de que viniera cerca alguien.

-¡Olvidalo! ¡Vamos por él! me dice con fuerza, y sale disparado en la direccion que se habia ido originalmente el otro.

- Lunatico, digo en voz baja, y emprendo carrera detras del loco de la katana.

No alcanzamos a correr mucho cuando vemos una silueta tambaleandose en nuestra direccion, era Romeo, y estaba mal herido! su brazo sangraba demasiado, sin decir una palabra pase al loco y con rapidas zancadas me acerque mas a Romeo, mientras rajaba mi falda para sacar pedazos de ella, en lo que llego junto a Romeo, le tomo el brazo no con mucha delicadeza, y el parece notar mi falta de tacto, puesto que hace muecas de dolor, y procedo a hacer un tapon con unos pedazos y vendarle el brazo con otras tiras de mi falda, lo apreto con fuerza para que surja efecto y bloquee la salida de sangre.

- Con esto deberia dejar de sangrar, aunque igual deberias hacer que un medico un mago blanco te revisen la herida.

Le dije revisando su brazo por ultima vez y luego mirando mi falda que se habia vuelto bastante mas corta.

- Por cierto me llamo Emmarissa, me gustaria saber sus nombres, puesto que no quiero seguir llamandolos ´El loco de la katana´ y ´El otro tipo´ o ´Romeo´ como te dice el, a menos que te llames romeo. Les dije a ambos apuntandolos para que supieran a quien correspondia cada sobrenombre.

A la mitad del sendero, Romeo nos saludaba de manera buena, más no sana. "La Viera" corrió a sanarlo. No tardo en hacerlo. Corría a ellos, trotaba, caminaba, arrastraba mis pies. Aquella sensación de que algo andaba mal no desaparecía y esta vez infectaba mi ser. Me acerque como pude. Ambos balbuceaban algo, o, al menos para mí eran palabras confusas.

-E... amo... rissa... ustaria saber... nombres, ´loco... la katana´ Romeo... mo llames... omeo.

La voz de "La Viera" sonaba entre interferencias. Trataba de verles pero cambiaban sus formas, sus colores, sus tamaños y sus alrededores. No lo resistía más. No comprendía que sucedía y esa sensación persistía. Mi propio suelo comenzó a moverse. Mi cabeza casi explota. La sostuve con ambas manos, apretaba fuerte y caí de rodillas al suelo. Mis facciones eran las de un loco teniendo un ataque, no, eran peor que eso. Mis labios se habían tornado en una sonrisa forzada con los dientes superiores tratando desplazar a los inferiores y viceversa. Temblaba.

-¿Que te sucede Leonardsito?

Una voz sofisticada y burlesca hacía eco en mi cabeza. Como seguida por mil voces la pregunta se repetía y repetía y repetía.

-No sobre actúes, pequeñin. Jajaja.

De nuevo, con los mismos resultados. Comencé a voltear a mirar a todos lados, pues de todos los rincones, de todas las esquinas, escuchaba ese desquiciante sonido.

-No, no, no. No me busques, me veras sólo si yo quiero. El mirarme no es un privilegio para cualquiera. Jejeje.

No lo soporte más. Me arrojé sobre Romeo; tomándolo de los hombros lo agité y grité.

-¡¿NO LO ESCUCHAS?! ¡VIENE POR MÍ! ¡VIENE POR TODOS!

Y temblaba y gritaba que lo escuchase, pero era en vano. Se había introducido en mi mente, la tomaba como su casa. No. Como su vertedero.

-Ohh. No exageres Leonardsito. No es necesario todos de golpe. Uno a uno; como con Gisela o tu abuelo. ¿No te parece? Jajajaja.

-¡AHHHHH!

-¡Boo!

Caí de espaldas al suelo, recargándome con las manos. ¡Esa! ¡Esa... Cosa! ¡Esa horrible mirada! ¡Esta vez se había hecho presente! ¡Salía de mi mente y se posaba justo detrás de Romeo! ¡Tomo forma física! Fue sólo un instante pero basto para destrozarme psicológicamente. Me balanceaba de atrás hacia el frente en posición fetal.

-JAJAJAJA ¡Ridículo!

Volvió su voz pero esta vez resonó en todo el bosque acallando cualquier otro sonido sumiéndonos en silencio infernal. Me detuve. Voltee a ver ambos, a la Viera y a Romeo. Mis ojos se cristalizaron por las lágrimas que sostenían.

-Esta... esta vez... Lo escucharon. ¿Cierto? Diganme... Diganme que aún no estoy completamente loco. Por favor...

Más que pregunta, fue similar a una súplica.

Sonrio ante la viera llamada Emmarissa y hago una pequeña reverencia.

-Un gusto en conocerte Emmarissa, mi nombre es Antigono. ¿Cual es el tuyo...?- Pregunto dirigiendome esta vez al chico con la katana, pero al instante noto que algo no va bien. El chico se agarraba la cabeza con las manos y pronto cayo al suelo, sufriendo alguna especia de ataque. ¿Acaso seria culpa de la sangre? No, no podia ser tan exesivo.

Comenzo a gritar cosas incoherentes, propias de cualquier loco, pero por alguna razon sus palabras me producian un extraño escalofrio, como si de verdad fuera un augurio de peligro. Las cosas se pusieron peores cuando me agarro fuertemente de los hombros y grito que algo venia por todos nosotros. No sabia que hacer. Me solte de su agarre y lo tome del hombro para hacerlo reaccionar, pero este no mostraba signos de sentirme.

Con otro desgarrador grito, el chico callo de espaldas y se puso en posicion fetal tras haber visto algo aparentemente espantoso. Mire detras mio pero no vi nada, y cuando vuelvo mi vista hacia el chico siento una extraña precensia, sumada a una voz muy lejana, aunque tal vez se debiera a mi falta se sangre. Pero no parecia ser el unico que la habia escuchado...

-Esta... esta vez... Lo escucharon. ¿Cierto? Diganme... Diganme que aún no estoy completamente loco. Por favor...
- Parecia una suplica, tratando de no caer en la desesperacion. Lo tome suavemente de los hombros y lo mire profundamente a los ojos.

-Chico...¿Que esta pasando? Dime ahora, y tal vez podamos ayudar.

Luego de presentarme, y mirar a ambos buscando respuesta, el primero en contestar fue el agradecido chico, al que le habia vendado el brazo.

-Un gusto en conocerte Emmarissa, mi nombre es Antigono. ¿Cual es el tuyo...?-

Antigono, un nombre interesante, ambos nos volteamos a ver al loco de la katana, esperando su respuesta, pero algo no estaba bien, su cara se veia aun mas desquiciada que antes, y de pronto comenzo a sostenerse la cabeza y cayo al suelo de rodillas.

Esto no parecia normal incluso para su locura, mas que loco, parecia... - Asustado, dije en voz baja.

De pronto se reincorporo y sosteniendo de los hombros a Antigono, empezo a sacudirlo desesperadamente.

-¡¿NO LO ESCUCHAS?! ¡VIENE POR MÍ! ¡VIENE POR TODOS!

Gritaba fuertemente, "Escuchar que? Voces?" Pense mientras concentraba mi oido, por cualquier cosa.

Nuestro loco de la katana se tira al suelo, se veia completamente aterrado, esta situacion no me estaba gustando nada, cuando de la nada una voz que resono en todos lados, y al estar concentrada en mi sentido de la audicion, resono aun mas fuerte para mi.

-Esta... esta vez... Lo escucharon. ¿Cierto? Diganme... Diganme que aún no estoy completamente loco. Por favor... Repetia nuestro loco, mas que habalr, parecia una suplica, una suplica por confirmar que no estaba loco, y si el estaba loco, yo tambien, puesto que si hbai escuchado la voz.

- AAAAAAHHHH! Suelto un grito para sacar de trance a mis compañeros.

- Muestrate quien quiera que seas! Volvi a gritar, esta vez con mas fuerza.

Emmarissa suelta un gran grito que hace que me sobresalte, e inspiro hondo para serenarme. Luego le dice a alguien que se muestre; significaba que yo si habia escuchado algo y que el chico, que aparentemente habia perdido la serenidad, no estaba loco (completamente).

Mire a mi alrededor para ver si lograba identificar a alguien sospechoso, pero solo lograba sentir la extraña sensacion de que alguien me observaba, y se podia sentir una gran sed de sangre en el ambiente. Me incorpore todo lo alto que podia para tratar de aparentar fuerza. Si alguien en verdad nos estaba acechando no seria conveniente que nos viera como presas faciles. Mire a mis dos compañeros, aparentemente muy tensos y confusos por la situacion, supe que debia decir algo para calmar el ambiente.

- Hey, tortolitos, no se asusten, si realmente alguien quiere atacarnos, le patearemos el trasero.- Les entregue mi mas confiada y brillante sonrisa y me agache para estar a la altura de los ojos del chico, aun en posicion fetal.- Y tu, calmate. Si de verdad sabes lo que nos acecha y has tenido encuentros contra el, puedo entender por la sed de sangre en el ambiente porque estas tan asustado. Pero, si no luchas contra tus miedos, estos te perseguiran hasta que no quede mas que polvo de tus huesos, e incluso mas alla.

-Chico...¿Que esta pasando? Dime ahora, y tal vez podamos ayudar.

-Tú mejor que yo sabes que no.

La voz resonaba de nuevo en mi cabeza.

- AAAAAAHHHH! Muestrate quien quiera que seas!

-Ohhh. ¿Cuanta impaciencia tienen los muchachos de ahora? ¿No crees Leonardsito?

Yo simplemente no reaccionaba. No podía hablar. No podía moverme. No podía pensar en otra cosa que no fuera escuchar esa voz.

- Hey, tortolitos, no se asusten, si realmente alguien quiere atacarnos, le patearemos el trasero. Y tu, calmate. Si de verdad sabes lo que nos acecha y has tenido encuentros contra el, puedo entender por la sed de sangre en el ambiente porque estas tan asustado. Pero, si no luchas contra tus miedos, estos te perseguiran hasta que no quede mas que polvo de tus huesos, e incluso mas allá.

-Pareces muy confiado. ¿Sabes? El exceso de confianza es igual a ceguera. De la cual estoy seguro tienes. ¿O acaso me ves? Jajaja.

Le habló a "Romeo". Esta vez podía escuchar la voz justo al lado de mí y estaba seguro que los demás también. Él comenzaba a revelarse, como siempre, de forma que pareciese un juego. Ignoré las palabras de Romeo, mi mente no daba para pensar nada que no fuera en el peligro en el que me encontraba.

-Oh. Vaya. Esta bien. A mi tampoco me apetece jugar a las "escondidas". ¿Quién quería conocerme? Ahh si... ¡Boo Emeraude!

En sus últimas palabras él se apareció justo en frente de la Viera. Por un instante nada más, fue como una imagen que se presenta con el  rayo y se va con el mismo y a pesar de no tenerle en frente, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Otro parpadeo, mi vista giro al final del sendero al igual que imán al metal. Ahí estaba él. No veía su forma, sólo sus ojos y eso me bastaba para saber quien era.

-Ohh. ¿Pero dónde están mis modales? Mio presento.

Hizo una reverencia. La noche olía a tormenta. La luna se escondió vistiéndose de gris. Un sabor de ceniza mezclado con licor de menta pasó por mi garganta. Las aves huyeron de los arboles graznando en una parvada gigante. El viento comenzó a soplar como un huracán. El calor se fundía con mi piel, me sentía más viejo y perdí toda paciencia. Luego de la reverencia, él extendió su mano y un hórrido cuervo vetusto y amenazador fue a posarse en ella. Sus ojos se volvieron más grandes e intensos. Sentía como devoraba mi alma a través de ellos y era una sensación para cualquiera que los mirara. Su vista se dirigía al infinito. A ningún lado. El cuervo que seguía posado en su mano y comenzó a hablar:

-Espíritu sin nombre, indefinible esencia, yo vivo con la muerte sin forma de la idea. Yo nado en el vacío, del sol tiemblo en la hoguera, palpito entre las sombras y floto con las nieblas. Yo soy el invisible anillo que sujeta el mundo de la forma al mundo del sueño. La distorsión de la realidad. El principio del fin. Soy...

Reaccioné:

-¡El de Mirada Demoníaca!

Él apretó al cuervo con su mano que dio su último aliento de vida en un graznido. Lo dejo caer y cuando toco el suelo se convirtió en cenizas que mezcladas con el aire envolvieron todo en una fina tela negra. Él giro levemente la cabeza y sonrío cerrando los ojos.

-Leonard... ¿Acaso no sabes que es mal visto llamar a la gente con cualquier apodo ridículo que se te ocurra? Ella es Emmarissa, no "La Viera" y él es Antígono, no "Romeo". En fin. Yo... ¿Sabes? Lo considero irrelevante de momento. Pero Leonard, no seas así que vamos a jugar. Levántate.

Y por alguna razón obedecí.

-Niños ¿Qué les parece el "corre que te pillo"? Empiezo yo.

En menos de un segundo, de estar varios metros delante de nosotros, ahora se encontraba sujetando de los hombros a "Romeo" y pude escuchar como le susurró al oído, lamiéndolo en el acto.

-Te toca. Jejeje.

Otro parpadeo. Ahora estaba diez metros lejos de nosotros, cruzado de brazos. Esperando. Mofándose. Sabía que nunca le tocaríamos ni si quiera el viento que lo rodease. Era demasiado veloz. ¿Yo? Yo simplemente estaba paralizado. Si mis compañeros dijeron algo durante el espectáculo no lo escuche. Simplemente. No podía escucharlo.

La voz seguia hablando, trataba de seguir el origen de la voz cada vez que hablaba, pero cada vez venia de lugares direntes, esto se estaba volviendo extraño y complicado demasiado rapido, segui concentrandome en la voz hasta que...

-Oh. Vaya. Esta bien. A mi tampoco me apetece jugar a las "escondidas". ¿Quién quería conocerme? Ahh si... ¡Boo Emeraude!

- AH! solte un pequeño y corto grito de sorpresa, Cuando en sus ultimas palabras se aparecio frente a mi por un segundo anstes de desaparecer nuevamente.

"Ese nombre" Pense, me quede ahi, usando toda mi fuerza para mantenerme controlada, y me estaba costando mucho. La voz continuo hablando, no escuche bien lo que decia, lo unico que hice fue cerrar mis ojos, respirar profundamente y concentrarme en mi misma.

Al final abri mis ojos, ya en control de mi enojo, dispuesta a usarlo de manera fria y precisa, y sali de mi concentracion justo cuando el propuso el juego.

-Niños ¿Qué les parece el "corre que te pillo"? Empiezo yo. Y de la nada aparecio junto a Antigono, y alcance a escuchar como le decia. -Te toca. Jejeje. antes de volver a desparecer y reaparecer a unos 10 metros aproximadamente.

- No. Dije - Mi turno. continue. Al pasar junto a Antigono le susurre - Preparate apra cuando se teletransporte, y continue por un par de pasos, me detuve, prepare mi habilidad Enjambre y me prepare a correr, tensando mis musculos al maximo para salir rapidamente.

- Y de paso me diras donde escuchaste ese nombre. Dije friamente antes de empezar mi carrera a maxima velocidad, recorri esos 10 metros en menos de 2 segundos apuntando mi aguijon entre sus ojos.

Mientras escuchaba la voz un escalofrio recorria mi cuerpo y un sudor frio caia por mi espalda. Escuchaba sus palabras con cuidado, tratando de averiguar el origen de la voz, pero esta parecia provenir de todos lados, cambiando continuamente de lugar. Pero pude tener una clara vista de el cuando se aparecio frente a Emmarissa y le dijo un nombre que aparentemente le resultaba chocante. Trate de enfriar mi cabeza para pensar como detener a ese hombre, hasta que propuso un "juego" y repentinamente se aparecio frente a mi y lamiendome me dijo:

-Te toca. Jejeje.- Solo atine a saltar hacia atras, alejandome de el, aunque para cuando me di vuelta el ya se habia alejado unos diez metros.

Tome aire y saque mi espada de su funda, y entonces Emmarissa me susurro al tiempo que salia corriendo contra el hombre que me preparase para cuando se tranportara. Iba a ser un poco dificil luchar contra el en mi actual condicion, con un brazo lastimado y con un compañero al borde del colapso psicologico, pero asenti y me puse en guardia. Emmarissa llego hacia el hombre con su agijon y lanzo el ataque. Yo me mantuve preparado: si el hombre se tranportaba para atacar a cualquiera de los otros dos o a mi, yo lo detendria con un ralenti o un espadazo, o eso esperaba.

-No, no, no. Señorita Emmarissa. Respete las reglas del juego. O tendré que castigarle. Jejeje.

"El De Mirada Demoniaca" decía con tono de mofa mientras caminaba sobre el estoque al igual que un gato sobre el filo de una barda. Este acto ya no me sorprendía pero tampoco dejaba de aterrarme. Dio un salto del estoque y con la gracia de que se tendría en un vals, aterrizó detrás de "La Viera" dándole la espalda.

-Ni siquiera lo piense señorita. ¿Y bien, Antígono? Sigo esperando. No pensarás que me "tele-transportaré", o más bien, caminaré hasta donde estas para facilitarte las cosas ¿Cierto? ¿Qué gracia tendría un juego sin dificultad? Jajaja.

<<¡¿Caminar?! ¡Se mueve tan rápido que parece tele-transportación!>>

Al menos ya era dueño de mis pensamientos. Mi sangre hervía de una forma fría, pero trataba de serenarme. No podía dejar que ganase esta vez. Tanto tiempo entrenandome y ahora que lo tenía en frente.

<<No. Esta vez será distinto>>

Tome el mango de mi katana con fuerza, apretaba mis manos sobre este dándoles vueltas, intentaba mantener el pulso mientras una gota de sudor deslizaba por el lateral de cara; trague saliva. Apenas esto fue y sus ojos se inyectaron en mi piel, su mueca se transformo de risa a odio.

-¡No entiendes basura! ¡No es tu turno!

Y una ráfaga de aire negro me arrojó entre vueltas hasta los pies de Antígono rebotando con el suelo. Caí de frente, y la mía misma sangraba. Una lágrima brotó, más que por dolor, por el sentimiento de impotencia. Y él volvía a reír. Y yo trataba de incorporarme. Y yo trataba. Trataba...

"Quien era este tipo?" Pense, mientras me daba vuelta, lo ataque a gran velocidad y el solo camino sobre mi aguijon, en ese momento senti impotencia, probablemente lo que hiciera no tendria efecto en este tipo.

Observe por un momento sus movimientos, seguia en control completo de todo, hasta que leonard empuño su katana nuevamente, y la expresion del enemigo cambió, no se reia, estaba enfadado.

-¡No entiendes basura! ¡No es tu turno!

Grito y una rafaga de viento arrojo a Leonard a los pies de Antigono, mire a Antigono fijamente. y movi mis labios para hablarle, esperando me entendiera.

- Cuando se de vuelta para enfrentarme, llevate a Leonard, tratare de pararlo lo mas que pueda. Dije solamente moviendo mis labios para comunicarme, esperando me entendiera.

Me detuve por un momento luego de eso, era cierto, esta no era un pelea que pudieramos ganar, y en el estado que se encontraban Antigono y Leonard, no habia manera de ahcerle frente si quiera, solte un suspiro y de propuse llamar su atencion?

- Hey! Imbecil! que pasa? no quieres jugar conmigo? tanto miedo te doy? eres tan debil y cobarde que tienes que atacar a los que estan heridos para sentirte mejor? pobre inutil! No vales la pena, simplemente te dedicas a esquivar como niñita y atacar a los caidos, dejame decirte de la manera mas sarcastica posible que eres muy impresinante, villano de cuarta, solo porque no hay de quinta.

Hable con la voz mas confiada y altanera que pude, esperaba poder enojarlo y llamr su atencion lo suuficiente para que pudieran irse, y esperaba que si lo enojaba le podria sacar algunas respuestas.

Él seguía ahí, riéndose y parecía que llamas del infierno escapasen de su garganta en cada gota que escupía, un aura negra le envolvía distorsionando la vista de su alrededor. Yo me apoyaba en mi katana con una rodilla en el suelo y otra flexionada, pequeñas gotas de sangre se alborotaban en mi boca y me veía obligado a echarlas para no ahogarme. De un instante a otro dejo de reír y su mueca se transformo de hombre a hombre poseído por el demonio, se movió igual que arlequín en un vals y sin dejar de devorarnos con la mirada a mí o Antígono, sujetó con fuerza del cabello a Emmarissa para susurrarle algo en el oído que esta vez no entendí. Sólo alcance a gritar de una manera débil:

-¡Suéltala! Tú problema es conmigo. No con ellos...

La arrojó al suelo y con una sonrisa que mostraba sus dientes de punta a punta me regresó la mirada.

-Por eso mismo. Justo porque te importan me das una razón para matarlos. Jajaja.

Me congelé. Mi corazón latía deprisa y sentía el peligro como un bloque sobre mi espalda, como la mirada de una bestia, como el tacto frío de alguien si vida, peor, como la muerte de la esperanza. Había condenado a esos sujetos. Los até a mi destino. Y yo nada podía hacer.

-¡No!

Grité estirando mi mano como queriéndole alcanzar cuando la suya se prendió en fuego a punto de clavarse en Emmarissa. Paró. Sonrío de una manera suave y esta vez tomo más fuerza. Sus manos, ahora garras, yacían a centímetros de la viera y... se detuvo. De su rostro nacía una expresión de dolor, algo que nunca había visto venir de él.

<<Despues de todo. Hasta el diablo puede sentir>>

Su sufrir venía acompañado de un fuerte resplandor, un aura que lo arrojó algunos metros a la distancia mientras el trataba de detenerse clavando sus pies en el suelo y levantando tierra en el proceso.

-¡Huyan!

Esa voz se me hizo bastante familiar, pero no podía ser.

-¡No tan rápido anciano!

El de Mirada Demoniaca mantenía un combate contra algo invisible, y yo seguía como una estatua sin comprender lo que sucedía.

Al parecer el hacerlo enojar funciono, puesto que de la nada su expresion cambio y moviendose mas rapido de lo que pude reaccionar, me tomo por pelo, forzandome hacia atras, teniendome desequilibrada, a su merced, acerco su cara a la mia y puso su boca cerca de oreja.

- No te preocupes, me tomare mi tiempo contigo para hacerte pasar por torturas peores que la que esos lunaticos con batas le hacen a Emeraude todos los dias.

Mis ojos se abrieron de par en par, lagrimas rodaron por mis mejillas, me sentia completamente impotente, alguien hablo, no se quien, mi mente divagaba en lo que me habia susurrado este demonio, me arrojo al suelo, seguia escuchando palabras a lo lejos sin entender su significado.

"REACCIONA!" Escuche un grito en mi cabeza, la voz era familiar, era mi voz? no lo sabia, pero eso me ayudo a despertar de mi aletargamiento, cuando pude enfocar en que pasaba, escuche a Leonard gritar.

-¡No!

Y de la nada un resplandor frente a mi, aquel demonio me amenazaba con clvarme sus garras envueltas en llamas estaban a centimetros de mi, y podia sentir el calor de las llamas quemandome a tan corta distancia, de pronto se detuvo y su expresion cambio, parecia que sintiera dolor, no me detuve a pensar en ello y use la oportunidad para rodar en direccion a Leonard, al momento que pude incorporarme de pronto una luz arrojo al demonio unos metros, y una voz de la nada.

-¡Huyan!

No me agradaba la idea de huir, pero quedarnos definitivamente era un suicidio, no podiamos ganarle y no sabia quien nos estaba ayudando pero no hiba a desperdiciar la oportunidad que nos estabn dando.

- Vamos, tenemos que irnos de aca rapido!

Les grite a Antigono y a Leonard, tomando a ambos de donde pudiera y obligandolos a correr conmigo, teniamos que salir de aca, eto ya no era un combate era simplemente una lucha por sobrevivir.