Día de practica [CERRADO]

Tal parecía que mi puntería estaba decreciendo, no había practicado en semanas y el cuerpo me pedía acción. Tenía mi cañón listo para la acción y ya lo había cargado para hacerlo mas potente pero... "Aun me falta alguien que sirva de tiro al blanco..."
Justo en ese instante lo vi. Unos lobos que ya me veían... parecían molestos. era mi oportunidad de practicar mi puntería que ya estaba comenzando a desgastarse.
-¡Muy bien feos! ¿¡Quien quiere ser el primero!? - Conteste mientras veía a los tres lobos. Uno se abalanzo contra mi, pero mi precisión ni siquiera lo levanto del suelo. El disparo lo dejo fuera de combate. Pero los otros dos estaban igual de furiosos que el. Oportunidad perfecta no solo de mejorar mi puntería, también mis habilidades de evasión. Aun seguía un tanto inmóvil por lo del cañón, por lo que me costo esquivar el primero golpe, que, me rozo en la ropa, desgarrando un poco de la tela de mis pantalones, pero el otro lo pude esquivar sin problemas.
-¿Eso es todo lo que tienen? - Conteste con algo de soberbia. Recargue otra bala de cañón y le dispare a otro de los lobos que una vez mas quedo fuera de combate. Otro golpe preciso... "Después de todo no he perdido el don..." Me dije pero mientras recargaba otra bala, el lobo se abalanzo sobre mi y logro tumbarme. Luche con la criatura cuerpo a cuerpo mientras trataba de alejarme de sus fauces. Un puñetazo sello el combate y dejo a la criatura aturdida. Eso me dio el tiempo suficiente para recargar otra bala y disparar a discresion. Otro golpe preciso y el lobo quedo fuera de combate...
-¡Bien! ¿Habra otra cosa mas con lo que pudiese practicar? - Me dije con los aires a tope.

Escucho fuertes disparos a la lejania y decido acercarme con cautela a la fuente de estos. Oculto, observo con interes el combate y me debato indecido si deberia ayudarlo o no, respuesta que se presenta sola cuando Bangaa termina con el combate.

"¡Bien! ¿Habra otra cosa mas con lo que pudiese practicar?" Lo escucho decir muy animado.

Salgo de mi escondite aplaudiendo con alegria, sorprendido por tal demostración de habilidad. Lo observaba cuidadosamente mientras me acercaba, con una sonrisa en mis labios, y pude notar algo conocido en su rostro, pero se me hacia dificil decir que.

-Que buen combate, me has dejado en suspenso cuando el lobo te tiraste al suelo con el lobo- Digo tratando de entablar una amistosa conversación.

Caminaba tranquilamente por la Pradera de Giza disfrutando de que la época de lluvia ya había pasado y de la flora la cual se expandía al ser iluminada por el sol. Aquí habitaban criaturas peligrosas las cuales, si eran molestadas o invadían su territorio, atacaban. Afortunadamente me sabía una ruta la cuál me alejaba de ellas y me dejaba gozar del paisaje hasta que segundos después encontré bajo un árbol una jauría de lobeznos.

- Vaya y ¿Qué hassen usstedess aqui ssoloss? ¿Donde esstán ssus padress?

En ese momento escuche un "¡BANG!" proveniente de un lugar no muy lejos de aquí. "¿Uh? Acasso habra ssido que..." Me dije a mi mismo mientras corría a ver lo que había ocurrido.

A escasos metros de mi se encontraba un bangaa de espaldas recargando su arma junto con tres cadáveres de lobos. "¡¿Pero qué...?! ¡¡Los mató siendo criaturas territoriales!!" En ese momento tomé una rama gruesa que estaba debajo mio y se la lancé con mucha fuerza.

- ¡¡A ver si aprendess a diferenssiar a las criaturass!!

Al terminar, vi como un hume se me acercaba. Me comento sobre mis habilidades y me elogio. Estoy acostumbrado a esas cosas
-Gracias amigo. Yo... - Eso fue lo único que pude decir cuando escuche un ruido a la lejanía, sin dar mas explicaciones aparte al hume y vi una rama gruesa que casi me daba con tanta fuerza que la roca que teníamos detrás nuestro se resquebrajo. Era un bangaa, de un color cereza y actitud algo naturista. No sería el tipo de bangaas que aunque se los explicase me entendería, así que no dije nada y le apunte con mi cañón para darle una advertencia de que no se acercase. No fue mas mi grata sorpresa cuando detrás de el se encontraban unos flanes amarillos. Tres, de hecho que lo irían a atacar al bangaa que ni se había percatado. Sabía como herir a los flanes sin que el bangaa resultase lastimado, así que extendí la puntería hacia arriba y dispare. El daño no fue mucho, pero al menos sería el suficiente para salvar al bangaa y que pusieran atención hacia mi. Pero no calcule que vendrían todos a por mi... Tenía que alejar a los flanes, ya que los lobos aun seguían noqueados, y por como veo, presa facil para los flanes

-Gracias... - Alcanzo a decir cuando veo la piedra destrozada. Observo al bangaa con cuidado, analizandolo. Aparentemente, era un protector de la naturaleza, lo cual me parecia algo muy respetable, ya que yo mismo sentia mucho apego por la misma, pero no era motivo para ponerse violentos.

De repente veo a tres flanes amarillos detras del bangaa naturalista y saco mi espada de su funda, produciendo un silbido entre la funda y el metal. Pero estaba muy lejos y nunca llegaria a tiempo, pero veo que puedo dejar de preocuparme cuando el bangaa con el cañon atrae su atención hacia nosotros.

Analizando su batalla con los lobos antes, piense una pequeña estrategia de batalla y me pongo delante del bangaa con el cañon al mismo tiempo que adopto una guardia defensiva.

-Yo los mantendre a distancia para que puedas darles con el cañon, y con algo de suerte el otro se unira a nosotros.

No era como si por nosotros no pudieramos derrotarlos, pero si luchaba solo contra esos flanes extenderia mucho la batalla y tenia cosas que hacer. Asi que, sin esperar respuesta, salto hacia el encuentro de los flanes y evito que sigan avanzando.

Al presenciar el disparo cerca de mi, me di cuenta de que la bala disparada por aquel Bangaa era dirigida a alguien más. Al voltear me di cuenta de tres Flanes que venían directo hacía a mi, eran lentos por lo que decidí liberar mis garras y desgarrar sus gelatinosos cuerpos.

- ¡Grr! ¡Grawr!... ... ... ... ... ... ... ¡¿Uh?!

Cada desgarro que les hacia era inútil, pues su cuerpo se regeneraba lentamente, iba a tomar varias horas vencerlos "No puede ser" Me dije a mi mismo mientras pensaba en una estrategia.

En ese momento corrí hasta el bangaa y el humano porque los Flanes aumentaban su velocidad. A pesar de que el bangaa había atacado a los lobos, estos aún respiraban lo cuál me alivio y me dije "Tal vess sse haya arrepentido..." Por lo que se me ocurrió una idea.

- ¡Oigan! ¡Tenemoss que derrotarloss juntoss! ¡No noss queda de otra!

Les dije sin darme cuenta que, atrás mío, un Flan estaba conjurando una magia negra.

- ¡Electro!

Un rayo luminoso arremetió con gran velocidad directamente a aquel bangaa.

Ambos sujetos se han puesto para el combate. Yo estaba a mil y había recargado mi cañón una vez mas "Aquí va, otro disparo perfecto" cuando uno de los flanes comenzó a lanzarme un hechizo. Era un hechizo de Electro. Arroje mi cañón a la derecha y luego yo me moví con una voltereta y mientras hacía eso tome mi cañón y dispare a discreción. Si era preciso los flanes caerían, pero una mala jugarreta de parte de ellos hizo que contraatacasen con ácido, que evaporo totalmente mi bala potenciada.
-¡Diablos! No podre con esto así... - Me decía... no podía caer aquí, pero al darme cuenta algo salto detrás mio. Eran los lobos con los que me había enfrentado. Aun malheridos se abalanzaron contra uno de los flanes, haciéndolo picadillo. Era nuestra oportunidad.
-¡Atacad al de la derecha! ¡Que los lobos ataquen al de la izquierda! - Me dije mientras esperaba que los demás me siguiesen. "Esta vez no voy a fallar" Me dije para mis adentros mientras cargaba otra bala de cañón.

Asiento ante la nueva estrategia y sonrio por la aparición de la ayuda de los lobos. Me concentro en mi combate, aparentemente inutil, y comienzo a dar tajos furiosos al flan que tenia delante mio, destruyendo su forma y esparciendolo por todo el lugar, aunque era frustrante ver como la mayor parte se volvia a unir, era obvio que el monstruo se iba debilitando. Sus ataques fisicos eran bastante lentos, por lo que no me resulto dificil esquivar uno de sus ataques y enterrar la espada en su parte superior y sacar una gran parte de su interior.

-Esto se hace eterno...- Digo mientras sigo cortando rapidamente el flan.

Luego de que los lobos acabaran con un Flan esto nos facilitó la batalla. Aquel humano atacaba al otro flan de manera brutal mientras el bangaa recargaba su arma, en mi caso tomé mis garras y ataqué de nuevo, solo que esta vez contaba con una gran ayuda.

- ¡Grr! ¡Grr!

Mis ataques eran feroces pero en mi mente me incomodaba el estado de aquellos lobos. "Espero resistan hasta que pase la batalla" Fue lo que rondaba por mi mente mientras daba feroces tajos cuando, en un momento de desconcentración, recibí un cabezaso en el estomago pprovocando que me arrodillase.

- ¡¡Ogh!! *Cof* Mier... *Cof* da... *Cof*

El ataque y la velocidad eran mi fuerte pero lamentablemente no contaba con una gran defensa.

Mientras los lobos se cargaron a uno, veia como el hume y el otro bangaa trataban de hacer un esfuerzo en cargarse al otro. Uno de ellos resulto lastimado, asi que en cuanto cargue otra bala, me dispuse a hacer un tiro infalible. Pero los que estaban frente podrían salir lastimados por el fuego cruzado. Por como soplaba el viento y su lejanía, no podía hacer el tiro perfecto sin lastimaros. Tenía que hacerles saber que debían apartarse de ahí. Pero por como iban las cosas, tenía que moverme a cierta área. Sin decir mas, logre disparar justo sobre el, haciendo que el flan explotase en mil pedazos. Los lobos, con sus fauces acabaron con el tercer flan,
-Fiu... por poco... - Me dije mientras me limpiaba el sudor de la frente. Pero no fue mas mi torpeza cuando uno de los lobos se abalanzo contra mi. Podía sentir su mal aliento y sus dientes con intención de desgarrarme, pero sabía que no lo iba a hacer. Mas lo que creí, comenzó a babosearme con su lengua. Cada lamida me daba a entender que le agradaba.
-¡Dentente! ¡Me haces cosquillas Mushu! - Me dije mientras me seguía lamiendo.

Suspiro de alivio al ver que todos los monstruos son eliminados y, luego de limpiar mi espada con un pañuelo y guardarla en su funda, sonrio ante el ataque de cariño del lobo. Me desperezo y me apoyo contra un arbol, relajandome.

-Fue una buena batalla compañeros.- Le digo a ambos bangaas con una sonrisa - Mi nombre es Antigono, soy un estudiante del Jardin de Balamb, un gusto conocerlos a ambos.- Hago una pequeña reverencia y vuelvo a relajarme contra el árbol, en espera de la respuesta de esos misteriosos guerreros bangaa.

- *Huf* Ssi que lo fue... ¡Oh!, mi nombre ess Damaku y ssoy...

Cuando vi al lobo abalanzarse al bangaa casi corro ayudarlo hasta que me di cuenta de que lo estaba lamiendo. "¿Despuéss de tremendo maltrato lo lame?" Estaba confundido y lo estuve mas cuando aquel bangaa lo llamó "Mushu".

- Gussto en conosserte Antígono. Um... ¿Qué ocurre aquí?

Pregunte a ambos mientras me rascaba la nuca por la escena inoportuna.

Una vez que Mushu me dejo de lamer, me di cuenta que no me había presentado apropiadamente. Así que le di una señal a Mushu para que se quitase de encima pudiese hablar con ellos. Había traído un poco de carne para el y sus amigos. 
-Bien. Soy Yango Razum. No quiero presumir, pero soy el Artillero con la puntería mas perfecta en todo el mundo - Dije mientras levantaba mi cañón a lo alto. El bangaa naturista estaba ya extrañado. No me sorprende... todo mundo lo estaría.
-Seguro te extraña que atacara a estos lobos... ¿No? - Le dije con un tono de soberbia. - Mushu ha sido mi compañero de practicas desde que tengo memoria. E imagino que sus amigos me ayudaron con mi practica de tiro - Mientras buscaba de mis bolsillos una bolsa de carne y se las arrojaba para que comiesen. Mientras los lobos degustaban la carne, yo me acerque a los dos.
-Antigono y Damaku... ¿No? - Les pregunte, por que creía que no había oído bien - Bien, pues he venido aquí para perfeccionar mis artes de tiro. Quisa quieran practicar conmigo antes de irse. - Dije mientras volvía a cargar mi cañón. 
Aun no quería irme del lugar sin antes poder volver a dispararle a objetivos móviles con la perfección de siempre.

Yango... Ese nombre me sonaba de algo, y lo sabia. Pero no le di importancia a ese pensamiento y me limite a sonreir ante su ego y su amistad con los lobos.

- Bien, pues he venido aquí para perfeccionar mis artes de tiro. Quisa quieran practicar conmigo antes de irse.

Al escuchar esas palabras siento la ligera tentación de practicar, pero mi prudencia me lo impide. Me limito a sonreir y negar con la cabeza mientras respondia.

- Lo siento... No estoy en posición para practicar hoy.- Me disculpo y bajo un poco la cabeza.

No podia permitirme luchar, no queria luchar. Si luchaba no podria parar, y querria seguir y seguir, aunque mis brazos se cayeran, asi que, evadiendo la tentacion, permanezco en mi lugar.

Yango nos dijo que estaba practicando son su lobo llamado Mushu, eso me provoco nalgo de alivio pues no quería encontrarme con una manada de lobesnos huerfanos.

- ¡Di-Dissculpa por penssar mal de ti!

Me incline como signo de perdón cuando de repente, el bangaa nos retó a una practica a mi y a Antígono. Me pareció raro que Antígono declinara a tal oferta, pues su forma de pelear era sorprendente para su nivel, pero en fin, si Yango quería un enfrentamiento no me molestaría en practicar con él.

- Oh puess ssi Antígono no assepta, yo ssi esstoy disspuesto. Hasse semanass que no lucho, solo espero que esstés preparado.

Lo dije mientras adoptaba una posa de batalla contra Yango.

Cuando vi al bangaa arrodillarse frente a mi, pensé que estaba exagerando un poco, pero al verlo preparándose para la batalla, sentía como me hervía la sangre para la batalla, me picaban las manos y el aire se volvía mas intenso... pero con el campo de batalla después de lo de los flanes...
-Amigo... ¿Estas seguro de querer luchar aquí? - Mientras veía todo lleno de cráteres, no me apetecía mucho.
-Conozco un buen lugar para comenzar la practica, es bastante amplio y la fauna no nos molestara a la hora del combate - Mientras señalaba a los lobos comiendo. Una batalla aquí y ahora les estorbaría y no creo que Mushu me lo perdone. Antes de decirles que me siguieran, vi a unos lobeznos que se acercaron a Mushu. No pude evitar reírme un poco.
-Vaya viejo amigo, parece que conseguiste pareja mientras me fui... muy bien tu... - Cuando vi que... les amamantaba...
-Espera... ¿¡Mushu eres una chica!? -Le dije con tal sorpresa que casi me caigo de espaldas. Pareciese como si Mushu se riese y siguió cuidando de sus bebes.
-¿Nos vamos ya? Ha sido demasiada la sorpresa... - Dije mientras esperaba a que me siguiesen.

Sonrio con la amistosa conversación que llevan ambos bangaas y rio por el descubrimiento del verdadero sexo de la loba. Hacia tiempo que no reia tanto. Era grato salir del encierro del Jardin y viajar por el mundo, decubriendo cosas y personas tan interesantes como aquellas.

Respire profundo y mire a mi alrededor contento. Centre mi vsita de nuevo en ambos bangaas, que estaban concertando el lugar de su combate. Me acerque con las manos en los bolsillos.

-Me gustaría ver su combate, aunque no pueda participar.- Digo sonriendo mientras empiezo a seguirlos.

- Jajaja mira que ssorpressa, esspero no hayan mass.

Dije al ver a Mushu darle leche a aquellos pequeños que había encontrado bajo un árbol. Pero en sí Yango tenia razón, la zona no era bastante amplia y al igual que él no quería interrumpir a una madre dandole de comer a sus bebes por lo que decidí seguirlo.

Algo que me pareció extraño fue el que Antígono quiera observar nuestra pelea. "¿Acasso quiere esstudiar nuestross movimientoss?" Me pregunté mientras caminaba, pero luego no le di importancia.

- ¿A donde vamoss exactamente?

Le pregunté a Yango quien me quería llevar a quien sabe donde.

Damaku me pregunto donde íbamos, por supuesto que yo sabia a donde íbamos. A un lugar del que tenia buenos recuerdos.
-Vamos a una vieja cancha de fútbol. Ahora esta desértica y creo que nos ofrecerá la dificultad para nuestra practica - Dije mientras me dirijo hacia ahí. Tenia bastaste buenos recuerdos de niño, siempre después de clases iba con mis amigos y jugábamos fútbol hasta que les venían a buscar sus padres. Por supuesto que a mi no, ya que ese lugar era mi hogar...
En la ruta hacia allí, me doy cuenta de que Giza no esta como yo la recordaba. Tal parece que la fauna ha ido decayendo a un ritmo considerable, pero en parte, me alegra que Giza no haya muerto aun, aun que me hubiese gustado ver mas fauna. Antes de poder admirar mas, llegamos al lugar. Estaba bastante cambiado, para empezar, había bastantes rocas y ademas, había un gran árbol plantado en medio.
-Bien, este es el lugar - Dije mientras veía un poco mas con detenimiento el área, estudiando sus puntos fuertes y debilidades que podía usar para mi practica
-Bien... ¿Comenzamos? - Dije mientras llevaba mi cañón desde mi espalda a mi hombro, preparándome para el combate.

Los sigo hasta que llegamos a un lugar melancolico y penoso. Aparentemente antes era una especie de cancha de futbol, pero ahora incluso un arbol crecia en su centro. Veo en los ojos de Yango cierta melancolia, seguramente se habia perdido en sus recuerdos.

-Es...pintoresco-Digo inseguro sobre que agregar.

Miro en todas direcciones, analizando el terreno. Supuse que los otros dos estarian haciendo lo mismo, pues ellos serian los que se enfrentarian.

-Bien... ¿Comenzamos?- Oigo decir a Yango.

Tomo un poco de distancia para no quedar entre medio de la batalla y busco una posicion comoda para observar.

Tanto yo como Antígono pudimos observar algo de nostalgia en el rostro de Yango, estaba seguro que este habia sido un lugar que había visitado en su pasado. Fue en ese momento cuando empecé a recordar a mi padre quien jugaba conmigo todos los días luego de trabajar, aquellos eran días buenos.

Luego de unos segundos Yango pidió que comenzaramos, lo que hizo que yo reaccionara y me colocara a una distancia determinada de él.

- De acuerdo, no sseré ssuave contigo.

Una brisa recorrió el ambiente tornando un silencio temporal mientras yo miraba con desición a Yango, pues estaba dispuesto a ganar. Segundos después empecé a correr en zig zag para dirigirme rápidamente a la posición de Yango para arremeter contra él.

- ¡¡Hyyaaaaaaaaaahh!!

Vi que el bangaa se preparaba para el combate, así que no hice menos y me puse en guardia yo también. Volví a poner mi cañón en mi espalda, ya que no sabía nada sobre los movimientos o las tácticas de Damaku, así que hice lo que tenía que hacer para defenderme: Separe mis piernas y cruce mis brazos para recibir todo el impacto que pude. El bangaa era muy poderoso, y tanto que me tiro hacia atrás con el impacto unos 4 metros de donde estaba.
-¡Vamos! ¿Eso es todo lo que puedes hacer? - Le dije esperando provocarlo para conocer todos sus movimientos. No podía hacer mis tiros perfectos sin antes conocer completamente los movimientos del contrincante, no quiero esperarme una sorpresa que me hará fallar... sino, quedaría como un mentiroso para todos. Hasta ahora se que puede hacer sus movimientos tanto de frente como evadiendo todo lo que puede.

Observo como el combate se va desarrollando con gran interes. Intento analizar cuidadosamente las tacticas de cada uno y decifrar sus siguientes movimientos a base de su lenguaje corporal. Mis piernas tiemblan, inquietas, por la emoción del combate, y tengo que morderme la lengua para evitar saltar hacia el combate.

- Assí que estudiass miss movimientoss tu tambien ¿eh? ¡¡Puess esstudia essto!!

En ese momento empecé a atacar a sus piernas, desgarrando estas con dos tajos para luego hacerle caer con una patada circular. Luego de ello retrocedí unos pasos.

- ¡¡Vamoss, ssaca tu arma de una vess!!

Le grité a Yango algo eufórico por la batalla. Estaba decidido a ganar pero tampoco podía bajar la guardia, si era el "mejor cañonero" como dice, tal vez lo estaba subestimando.

Me asombraba bastante la rapidez de Damaku. No solo había sido mas rápido que yo, sino que también me inmovilizo tanto que tenia que arrodillarme para no perder el equilibrio. Aun no encontraba el momento preciso, pero cuando vi algo que me pareció interesante para usar, me puse a la acción.
-Sus deseos son ordenes - Dije mientras llevaba mi cañón de vuelta a mi hombro. El momento era crucial. Dispare hacía arriba en dirección a una roca gigante que estaba detrás de el. La explosión hizo que las rocas se desprendieran y salieran disparadas hacia arriba. Calcule bien el disparo, el viento y la posición del del campo para que las rocas cayesen encima del bangaa. Si suponía bien lo que haría después la victoria estaría a mi alcance, así que rápidamente cargue una bala de cañón.