Entre estrellas y deseos [Mandel]

Mientras caminaba apaciblemente, levante mi cabeza y mire hacia el cielo. El despejado cielo y el sol que ya se entraba, entregaban un efecto conmovedor. Realmente era una hermosa y fresca tarde. Era un momento perfecto para pasear ya que la mayoría de la gente se encontraba en la celebración del Palacio, por lo que todo estaba en silencio y despejado.

Ciertamente no iba con un rumbo fijo, pero algo en mi, como un suave presentimiento, me decía que debía ir a cierto lugar.
El día de hoy era el evento de la noche de los mil deseos...Esta noche el cielo se cubría de brillantes estrellas; y las parejas, amigos y familia, aprovechaban el momento para pedir sus deseos de amor, paz y demases.

Para mi, esta era una noche especial, ya que mi abuelo siempre me traía para que pudiéramos ver el espectáculo que el cielo nos ofrecía. Juntos pasábamos agradables momentos, y aunque ninguno de los dos pidió jamas un deseo, anhelábamos quedarnos así para siempre. Y aun cuando el ya no estaba, yo seguía yendo para poder sentir su presencia. No obstante, había decidido no ir este año, ya que cada vez mas se llenaba de parejas que juntaban sus manos bajo las estrellas, y eso era algo que ya no me apetecía mirar...
El amor, ese sentimiento que ya casi estaba olvidando, no por que quisiera, era para mi verdaderamente difícil de hallar, después de todo, ¿quien querría a una ladrona? solo serian problemas.
Aun así... aun así, algo me decía que debía ir a aquella pradera. Y así lo hice. Le di dirección a mi caminata y me dirigí hacia la Pradera de Mandalia, para poder quitarme esta sensación .
Cuando ya iba llegando, la noche alcanzo mi senda y me sorprendí al ver ese lugar desierto...
¿me habré equivocado?...no, estaba segura de que hoy era la noche y de que ese era el lugar correcto - pensé adentrándome por sus suaves pastos, y respirando el aire nocturno.

Pude sentir la presencia de alguien no muy lejos de donde yo me encontraba por lo que me levanté para observar aquel ambiente lleno de calma y, efectivamente, había una humana frente a mi que al parecer tambien disfrutaba de las estrellas. "¿Ella también esstará aquí por la noche de los 1000 desseoss?" Me pregunté a mi mismo mentalmente. No sabía si la iba a asustar con mi presencia o me iba a tomar como un reto para una batalla, pero para una noche tan hermosa como esta dudé de ambas opciones al instante y decidí armarme de valor para acercarme a ella.

Con cada paso que daba me sentía nervioso pues recordé lo que mi padre me dijo hace varios años: "Cuando yo ya no essté aquí a tu lado, esspero que tu aun sigass viendo esste hermosso evento con la perssona que amass." Que estúpido fue mi padre en ese momento, pero más estúpido soy yo ahora por empezar a creer en ello. Cuando logré estar cerca de aquella humana pude observar su rostro, un el cuál era iluminado por las estrellas que decoraban la noche. No supe que decirle al principio pero algo de mi boca tenía que salir en ese momento y lo hizo.

- Hola, um... ¿Tú también esstass aquí por la noche de loss 1000 desseoss?

No sé como tuve el valor para dirigirle la palabra, en mi mente pasaban miles de cosas las cuales quería dejar pasar para no ilusionarme como un cachorro pues hace mucho tiempo tuve una decepción en este mismo lugar la cual quisiera dejar atrás. Esperaba que ella me de una respuesta sin fijarse en mi apariencia.

De pronto mis pensamientos fueron interrumpidos por unos ruidos de pasos que se acercaban cada vez más.
Solo veía una extraña figura aproximándose, pero cuando estuvo cerca mio pude verlo claramente gracias a la luz de la luna. Era un Bangaa. - parece tranquilo - pensé, mientras lo miraba atentamente. Por alguna extraña razón me estremecí. debe ser el frío de la noche - me dije. Iba a abrir mi boca, cuando el me saludo primero.

- Hola, um... ¿Tú también esstass aquí por la noche de loss 1000 desseoss? - Me pregunto, mientras yo intentaba no reírme. Tenia un acento muy extraño. Conocía a varios Bangaas, pero era la primera vez que escuchaba un tono tan excepcional. A pesar de su acento, el parecía alguien mas bien normal, aunque algo en su mirada me decía que eso no era así, y que quizás, había sufrido mucho. También irradiaba un aura de mucha tranquilidad, lo que me hizo sentir segura.
Así que, sonriendo ampliamente, alargue mi mano.

- Asi es, imagino que tu tambien. Me presento, soy mandel

Cuando se rió me avergoncé un poco pues pensé que me estaba tomando por una broma -en especial por mi manera de hablar- hasta que, segundos después ella alargó su mano y se presento de manera muy educada. Eso me alegró mucho en el interior y provocó que soltara una pequeña sonrisa pues no era común que un humano, y sobretodo mujer, se alegrara al ver a alguien de mi especie. No quería parecer tímido solo sonriendole por eso seguí la conversación de manera natural.

- Puess, la verdad, ssi. Mi nombre ess Damaku, gussto en conosserte. Esspero mi assento no te incomode, ess algo hereditario.

La verdad es que mi acento incomodaba a muy pocas personas pero quería asegurarme de que ella se sintiera cómoda. ¿Por qué? Si supiera la respuesta la escribiría.

Dentro de mi tenía curiosidad de saber el porque Mandel estaba aquí en vez de estar celebrando con su familia en el palacio de Rabanasta. "Tal vez sea de las chicas que le guste lo sencillo" Pensé y me rasqué la nuca por unos segundos esperando aún su respuesta a mi pregunta anterior.

Pensé que el Bangaa era tímido, o que yo lo había asustado y que iba a salir huyendo o algo así, pero al segundo de saludarlo, me contesto con esa peculiar forma de hablar suya. Me dijo que se llamaba Damaku y que esperaba que su acento no me incomodara.

- No hombre, que va! - le dije, palmeando su hombro y riendo levemente. Es solo que es bastante singular.
Mi cara se torno ligeramente roja, puesto que había actuado como si lo conociera, algo muy extraño en mi.
Lo mire de reojo para ver si estaba incomodo o algo, pero no note nada extraño. Lo que si pude apreciar, es que vestía ropas de monje.

- Vengo acá cada año - seguí, alzando la vista hacia el cielo, para que el no notara nada. - no me gustan mucho las celebraciones del palacio. Y hoy es una noche particularmente hermosa - le dije, mientras la briza me acariciaba el rostro.  
- ¿y a ti? - le cuestione, tratando que pensar en las razones que podría tener un monje para estar aquí.

No sabia que podía comportarme así...tan tímida...esa no era yo para nada. Pero no podía negar que me encontraba muy cómoda. Quizás se debía al hecho de saber que el también prefería estar acá, que en el palacio. Y cuando Damaku me contó porque estaba aquí, no puede evitar sentir que lo entendía un poco. El también había perdido a alguien amado, y tampoco sabia muy bien que hacia acá. Me reí internamente. Quizás nuestro encuentro estaba destinado...quizás no...

si que es bueno tener compañía - le dije, evitando mirarlo directamente. Hace mucho que no contemplaba esta noche con alguien más....Mi abuelo me acompañaba, pero el ya no esta en este mundo.  Por cierto - le dije, para cambiar el tema rápidamente, ya que no quería que notara que mi cara se había vuelto un tomate - Puedo llamarte Daku?

La briza se hacia da vez mas agradable, y el cielo te invitaba a perderte en el. Por primera vez en mi vida, tenia muchísimas ganas de pedir un deseo.
A decir verdad no entendía muy bien por que le pedía acortar su nombre, pero lo que si tuve claro es que quería saber mas de el.

El monje me dijo que podía llamarle Daku, lo cual me hizo ponerme contenta. No sabia porque, pero sonreí, y preferí no decir nada y solo seguir mirando el cielo. Pensé que el silencio seria incomodo, pero al contrario, fue bastante placentero. Solo de cuando en cuando, pude percibir que Daku me miraba y yo empece a sentirme nerviosa. ¿Quizás tengo algo en mi cara? - pensé - ¿o tal vez tengo una expresión ridícula? . Tsk, no sabia cual podía ser, pero tampoco quería hacer algún movimiento extraño y que Daku se asustase.
Preferi romper el silencio, pero justo Daku hablo primero -   Mandel, ¿Tu vivess en Rabanassta? - me pregunto.
- Si, vivo en el barrio bajo, aunque me gusta andar por otros lugares también. - Le conteste, un poco avergonzada.

Quería hacerle muchas preguntas; de donde venia, que hacia, porque se había convertido en monje, porque tenia esa mirada tan melancólica... Pero no sabia con cual empezar y no quería incomodarlo tampoco.

Así que preferí devolverle la pregunta - ¿y cuéntame, tu también vives por aquí? -  le pregunte ansiosa de oír su respuesta.

Su respuesta me sorprendió ligeramente, ya que daku se veía como alguien que viajaba constantemente, mas sus palabras "no tengo residencia propia" hicieron mella en mi corazón, ademas de que el volteo su cara al decirlo, no pude si no sentir un poco de tristeza y me pregunte cual seria la razón, pero era mejor no hacer comentarios.

Así que me dedique a disfrutar el ambiente, el cual se había tornado sereno, la brisa estaba muy agradable y el cielo ya mostraba sus primeras estrellas. Asimismo tener algo de compañía era simplemente grandioso.

Hace tiempo que no experimentaba tal sentimiento....era acogedor, sentía que poder ser yo misma, sin necesidad de hacer o decir nada estúpido, me  sentía como si estuviera en casa, aun con mi abuelo. Y, a la vez, era extraño que un desconocido hiciera florecer esos sentimientos.... me era placentero el poder estar en silencio junto a su compañía.

Sin darme como, mientras miraba el cielo, las palabras comenzaron a salir de mi...
- sabes, a mi también me gusta mucho el poder viajar por el mundo, me gusta conocer nuevos lugares y también gente. Saber un poco mas de lo que pasa en otros sitios. Me agrada saber que puedo tener alguna aventura, si voy un poco mas allá. Ahora mismo siento que estoy teniendo una, parada junto a ti, contemplando estas maravillosas estrellas. - dije, sonriendo...
Luego de un momento comprendí que, tal vez, había hablado de mas...pero ya era muy tarde para arrepentirme, lo había dicho de corazón y esperaba que Daku no pensara que era una tonta.

Me sorprendió que Mandel, a pesar de conocerme tan poco, me considerara en sus momentos maravillosos que había tenido, esto causó que mi corazón empezara a latir rápidamente y mi cuerpo empezara a temblar con discreción. El nudo en mi garganta se hacía más y más grande mientras el silencio de la noche y la melodía de las hojas nos envolvía poco a poco, no sabía que hacer pero tampoco podía desperdiciar este momento tan hermoso, por lo que decidí armarme de valor y mirarle con firmeza a los ojos, aquellos ojos pardos que me cautivaban y destellaban un brillo encantador.

- Y-Yo tambien sstoy passando un mu-muy buen momento contigo Mandel, e-es muy grato converssar contigo. Ha-Hassta ssiento como ss-ssi te conossiera de-dessde antess.

En ese momento tartamudeaba mucho pues estaba nervioso al tener tan bello rostro de ángel frente a mi. "Diabloss, ahora creerá que tengo un retrasso mental" Me dije a mi mismo en mi mente mientras cerraba mis ojos con fuerza por unos segundos. Empecé a imaginarme como sería el tomar su delicada mano, no niego que quise hacerlo en ese momento pero tampoco quería ir tan apresurado. Mi viejo se estaría burlando de mi ahora por la forma como estoy "manejando" esta situación.

La noche se hacia cada vez confortable, y mientras el silencio nos envolvía nuevamente, pensé que tal vez había incomodado a Daku en alguna manera. No me atrevía a mirarlo a la cara, o a decir nada más, y mi cuerpo se tenso ligeramente, mientras mi cara se tornaba roja, otra vez.
Mientras pensaba que podía hacer para no arruinar el momento, sentí la firme mirada de Daku sobre mi... voltee mi cara hacia el para verle mejor, y me dijo tartamudeando, que también estaba tiendo un buen momento, y que sentía que me conocía de antes.
Mi corazón se acelero, y empezó a latir tan fuerte, que pensé que se escucharía en todo el lugar, y suplique que eso no fuera así.No quería que Daku escuchara como mi corazón palpitaba, o me iba a morir de la vergüenza. Mi cara estaba totalmente roja ahora. Hace mucho tiempo que nadie era tan amable conmigo, como Daku lo estaba siendo. Intente responderle, pero me había quedado sin palabras. También quise abrazarlo, pero me contuve, seria una estupidez, y ademas lo asustaría.
Así que como pude, le mantuve la mirada, sus pequeños ojos me llamaban la atención, por que a pesar de ser cálidos, denotaban mucha tristeza.

No lo pensé mucho y tampoco quise hacerlo, solo fue un impulso que decidí seguir...lentamente alce mi mano hacia su cara y acaricie su mejilla, era un poco áspera al tacto, pero no me importo en absoluto, y por mi mente solo pasaba el anhelo de saber que le había pasado...

- Daku, ¿porque tus ojos tienen tanta tristeza en ellos, que te ha pasado?, es por tu padre? - pregunte con nerviosismo, mientras mi mano temblaba en su mejilla.

Esperaba no estar siendo impertinente, pero si el había dicho que sentía que me conocía, quizás no le molestara que le preguntase...

Mientras escuchaba las palabras de Daku atentamente, mi alma se entristecía a medida que el continuaba. Su historia era terrible, y lo comprendía en cierta manera. Crecer de esa manera...sin su padre, y era peor aun, puesto que había estado en la cárcel injustamente. Supe que había estado muy solo y triste.
- Vaya, eso fue muy irrazonable de parte de ellos. Lamento que hayas pasado por eso, pero a la vez es muy bueno que tengas amigos en los que apoyarte. No estas solo -  le dije, tratando de animarlo un poco.
El ambiente se había tornado un tanto melancólico, y ya a estas horas, solo la tenue luz de las estrellas era nuestra lampara.

No sabia que pensar, mi mente estaba confundida, y mi cuerpo nervioso. Quería estar con Daku, quería confortarlo, pero aún no lograba entender porque deseaba permanecer cerca de alguien a quien había conocido unas pocas horas atrás. Y cuando Daku pronuncio esas ultimas palabras...mi cuerpo se tenso por completo...no me lo esperaba, para nada, me estaba diciendo que...?...no, quizás lo estaba malinterpretando...
Moví mi cabeza para despejarme un poco, después de todo, me estaba agradeciendo por acompañarlo
- Daku, soy yo quien debería darte las gracias, por quedarte conmigo esta noche, y por escucharme... - le dije tomando su mano tímidamente...no sabia que mas decirle....y le solté la mano, no quería que pensara mal de mi. Aunque por dentro sentía un desasosiego, que nunca había experimentado antes y cada célula de mi cuerpo me gritaba que estaba comportándome como una tonta. Pero no podía evitarlo, jamas había estado en esta situación.
No puede ser cierto...¿verdad?....es ...imposible -  pensé, mientras una pequeña palabra tomaba forma en mi cabeza.

Mientras que mi cabeza aun no podía creer lo que pasaba con mi corazón, y un breve silencio se imponía entre nosotros, sentí que Daku me tomaba la mano y la llevaba a su pecho....su corazón latía fuerte y rápidamente....al igual que el mio. El me miraba, y yo hice lo mismo, lentamente levante mi cabeza para mirar esos ojos que me cautivaban. Y entonces tuve la certeza de que me había enamorado....No sabia cómo, ni porque, pero mi mano en su pecho, mis ojos en los suyos, y el sentirlo tan cerca me lo confirmo, sentía una calidez que jamas había experimentado...un sentimiento de paz y alegría.
Y de pronto Daku pronunció exactamente lo que mi alma y mi ser padecían, mientras posaba su otra mano suavemente en mi mejilla. Sentí un agradable cosquilleo y cerré los ojos un momento. Si, yo también había dejado de creer en los deseos hechos realidad. Había sufrido mucho como para seguir haciéndolo. Pero esta noche, llena de hermosas estrellas iluminándonos, la fresca brisa y la compañía de el....todo parecía un sueño, un espléndido sueño hecho realidad. Quise decirle que también deseaba estar esta noche con el, y también las siguientes....Pero cuando abrí mis ojos, vi que Daku acercaba su rostro al mio lentamente. Supe que deseaba hacer lo mismo, por lo que, pausadamente, acerque también mi rostro hasta su boca...hasta que nuestros labios se encontraron con timidez y nerviosismo....Le bese lenta y suavemente, pues estaba muy exaltada. Quería disfrutar su boca...las sensaciones que tenia en este momento eran como de mil mariposas revoloteando en mi vientre, mi corazón se había acelerado aun más, si es que eso era posible, y sentía mi cara arder. Pude sentir su suavidad y como mis labios temblaban en los suyos, así que lo besé un poco mas firmemente, apegandome un poco más a el, ya que anhelaba que ese beso expresara las palabras que no pude decirle, quería que expresara esos nuevos sentimientos que llenaban mi corazón.

Deseaba con toda mi alma, que esta noche durase para siempre.